Capítulo 4

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-¿Que estás haciendo? -El contacto especial se encontraba sentada a mi lado con el tenedor en su mano.

La chica parpadeo varias veces sin siquiera moverse de su lugar al contrario se acercó más quitándome parte esencia de mi espacio personal, retrocedí como reflejo con los brazos cruzados en mi pecho. Si yo llegaba a quitarlos de allí estaba seguro que el Contacto Especial se acercaría más de lo debido. Me dio una sonrisa con ojos cerrados y metió aquel tenedor que sostenía la comida en mi boca.

-Te doy de comer -declaro sin quitar su enorme sonrisa de su rostro.

Ella volvió a sentarse con normalidad mientras yo estaba en la misma posición paralizado. Eso sí que no me lo esperaba.

Me senté mientras masticaba el huevo revuelto que ella me había dado de comer a la fuerza, porque si fuera por mí ni hubiera tocado el plato. Cuando trague ella ya tenía enfrente de mi otro pedazo de comida, esta vez era una tostada con mermelada.

-¿Por qué? -Sostuve su muñeca antes de que ella se atreviera a meter en mi boca aquel pedazo de pan.

Ella al contrario abrió los ojos de la sorpresa y pude divisar un rubor en sus mejillas. Se apartó de mí y su mano fue a su rostro. Incline la cabeza al ver como ella desviaba su rostro. Paso unos cuantos segundos de esa manera pero luego volvió a mirarme a los ojos con la misma sonrisa que traía desde el principio en su rostro solo que el rubor de sus mejillas todavía no había desaparecido por completo.

-¿Por que qué? -Entrecerré los ojos al escucharla.

-¿Por qué me estás dando de comer? -pregunte controlando mi rabia. Odio que me respondan con otra pregunta.

El contacto especial jamás quito su mirada de la mía, algo que me sorprendió.

-Bueno... -Alargo cada vocal de aquella palabra-, si no te daba de comer tu ni siquiera hubieras tocado el plato -afirmo colocando la tostado en mis labios a la fuerza-, además recuerda que no has comida en casi todo el día y eso no es nada bueno para tu salud -declaro inflando sus cachetes.

En esta ocasión fue mi turno de pestañear repetidamente, sus palabras me habían anonado. Solo tenía una pregunta ¿Cómo sabia eso? Y no hablaba sobre lo de tocar el plato. Como sabía que casi no había ingerido alimentos en todo el día.

Contacto Especial tenía sus ojos sobre mi desde que había dicho sus palabras y pude ver como ella volvió a sonrojarse y desviaba su atención al plato en la mesa de vidrio.

-Contacto espe...

-Llámame Lucy -Me interrumpió volviendo a sonreírme con los ojos cerrados.

-Contacto especial, ¿qué estas tramando? -Me había tomado una pequeña pausa en volver a continuar, no quería saber nada de ella y menos quería ser cercano a esta loca.

Lucy, o como sea que se llamara, dejo de sonreír y el brillo de sus ojos había cambiado ante mis palabras, yo solo mantuve mi postura. Por tercera vez en esta noche ella volvió a desviar su rostro, pero en esta ocasión sus movimientos fueron lentos comparándolos con los otros. A continuación el silencio nos envolvió, un maullido fue lo que interrumpió nuestro entorno y también fue lo que logro que mis pensamientos cambiaran de dirección rápidamente.

Había olvidado por completo a Happy.

Me levante de la silla con rapidez y me precipite al lugar donde insensatamente había dejado a mi querido compañero. Levante al felino azul de la alfombra con cuidado y lo acune en mis brazos. Acaricie su pelaje y me preocupe al ver que este no reaccionaba como siempre; siempre que lo tocaba su pelaje él se movía satisfecho en su lugar y empezaba a estirar sus patas mientras maullaba continuamente-. Discúlpame amiguito -murmure.

Me importaba un pepino lo que haría Contacto especial en mi casa si es que yo saliera y la dejara sola, pero en estos momentos lo primordial era Happy; tenía que llevarlo a un veterinario. Al girar sobre mi eje ante mis ojos apareció un tubo de ensayo tapado con un corcho de botella. Fruncí el ceño al notar el color rojo sangre del líquido. Abrase a Happy con un poco más de fuerza protegiéndolo de lo que esta mujer me estaba dando.

-Has que huela esto y despertara al instante -Me volvió a sonreír, ya me estaba empezando a hartar con aquella sonrisa suya.

-¿Por qué debería de confiar en ti? -dispare aquellas palabras para infligir daño en ella. Lo que, sin entender todavía, había logrado. Lucy empezo a tembrar en su lugar, pero esto solo duro unos segundos ya que ella rápidamente recompuso su postura.

-¿Qué puedo ganar yo asesinando a Happy?

Ella sabía más cosas sobre mí de lo que pensaba, ya estaba completamente seguro. Yo nunca había mencionado el nombre de mi compañero enfrente de ella.

Como respuesta levante mi mentón dándole a entender que no confiaba en sus palabras. Aquella mujer fastidiosa suspiro para a continuación destapar el tubo de ensayo y pasarlo por su nariz respirando profundamente, enseñándome que si estaba oliendo aquella extraña cosa. Para terminar bebió un pequeño sorbo de aquel desconocido líquido, hizo una mueca de asco y me volvió a tender el objeto.

-Definitivamente esta cosa no está apta para ser bebida -murmuro.

Ya al tenerlo en mis manos inseguro inhale su aroma y al ver que no pasaba nada deje a Happy en el mueble y con cuidado hice pasar aquel liquido por su nariz. A los segundos el felino ya se encontraba parado en sus cuatro patas como si nada hubiera pasado y yo pudo al fin suspirar aliviado.

Happy al estar reincorporado por completo le había gruñido a Lucy quien se había acercado un poco. Ella al ver la advertencia del felino retrocedió un paso.

-Me alegro que estés bien Happy -dijo agachándose y saludando con la mano al pequeño animalito. Gruñe al escucharla, ¿cómo se atrevía decir esas palabras?

-¿Qué quieres de mí, Contacto Especial? -exclame reincorporándome.

Ella me miro con curiosidad desde el piso y el brillo que por un momento pasaron por sus ojos me alertaron. Se reincorporó del piso y se me acerco dos pasos. Yo solo me mantuve en mi lugar, no le daría el gusto de intimidarme

-Solo quiero ayudarte a pagar las cuentas del hospital.

¿...Qué?

Abrí mis ojos como platos y deje de respirar por unos segundos. ¿Cómo sabia sobre eso?

-¿Como...? -Mis palabras se retenían en mi garganta.

-Viene una gran operación y necesitas ganar bastante peleas para pagar los gastos -informo algo que supe desde hace unos días y algo que solo yo sabía-, y yo te puedo proporcionar esos contrincantes -sonrió y explote.

-¡¿Cómo sabes sobre Wendy?! -grite sujetándola de los hombros y agitándola. Ellas jamás quito su sonrisa del demonio de su rostro.

-Solo investigue un poco -declaro sin más.

Me tense y empecé a temblar en mi lugar. Pudo sentir el rose de su mano en mi antebrazo izquierdo, yo aleje su mano de un leve manotazo-. ¿Qué demonios quieres de mí? -comente en voz alta lo que estaba pensado desde hace mucho tiempo.

-Solo quiero ayudar -sonrió.

¿Por qué carajo sigue sonriendo?

-¡¿Por qué?! -grite ya arto-, ¡¿Por qué quieres ayudarme?! -Mi voz estaba haciendo eco en las paredes de la habitación. ¿O eso era solo mi imaginación?-. ¡¿Cuál es la razón de esto?! ¡Apenas y te conozco!

La sonrisa de su rostro no se desvaneció pero si se relajó. Volvió a dar dos pasos hacia mí quedando a centímetros de mi cuerpo, se puso en puntillas logrando que nuestros rostros estuvieran a una escasa de distancia.

-Porque te amo.


"Sucio"Where stories live. Discover now