Capitulo 24

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HARRY

Maddie respiraba profundamente y con tranquilidad. Sus ojos descansaban relajados al igual que su cuerpo. Retiré un par de mechones que estaban en su mejilla y arropé un poco más su pequeño y delicado cuerpo. Miraba a Maddie mientras dormía y no podía creer lo que habíamos hecho. Normalmente, me quedaba a mirarla cuando dormía en mi casa tras uno de sus ataques de pánico, pero esta vez era diferente. Me había acostado con Maddie, mi princesa, mi mejor amiga, la chica con la que me gustaba estar (y que aún seguía siendo así). Jamás pensé que me gustaría tanto acostarme con una chica a la que prometí no tocar de ninguna forma desde que la conocí. Tal vez sea porque lo prohibido es mucho más placentero y sexy que cualquier otra cosa. Aún así,  no me sentía culpable, pero tampoco era como si lo hubiese deseado toda mi vida, porque Maddie... Maddie es mi Maddie

No sé qué leches me pasaba, así que me levanté de la cama y fui al baño para poder refrescar mi cara y traerme de nuevo a este mundo. No sólo había sido una noche especial para Maddie, también lo había sido para mí. Me había acostado con la persona más apreciada del mundo para mí

Recordaba todo lo que habíamos hecho la noche anterior y volvía a ponérseme la polla tiesa. Un calor recorría mi cuerpo, a la vez que un cosquilleo en mi estómago. Nunca lo había hecho con una virgen y no sabía si esta sensación era normal. La sensación de exclusividad sexual, de haber sido su primera vez, de ser el único que había estado dentro de ella y que la había arrancado su primer orgasmo. El hecho de haberla sentido especial por una noche. Su noche

Después de echarme un poco de agua en la cara para espavilarme, volví al cuarto. Maddie estaba incorporada, con las piernas cruzadas y tapando sus pechos con las sábanas. En cuanto me miró, apartó la mirada de golpe. Estaba totalmente roja. Después miré hacia abajo y me di cuenta de que había ido al baño sin calzoncillos y estaba desnudo frente a ella. Y nada más y nada menos que con una erección de un par de narices. Lo que no sabía era si era una erección mañanera (lo normal) o era porque había estado pensado en ella

-Buenos días -dije tapándome con mis manos

-Buenos días -ella seguía colorada como un tomate. Igual que anoche mientras besaba todo su cuerpo

"Deja de pensar en esa noche"

Cogí los calzoncillos y me los puse enseguida. Luego, me volví a Maddie y me senté a su lado, cogiéndola de su barbilla para que me mirase

-¿Qué tal te encuentras, princesa?

Ella, al ver que ya estaba con la ropa interior puesta, se relajó y  me miró con esos preciosos ojos que tenía

-Rara. Me siento rara

-¿Rara en plan bueno o en plan malo?

-No lo sé. Sólo rara. Diferente

-Has tenido sexo por primera vez. Eso es algo normal. Cuando yo tuve la primera, también me sentí igual

-¿En serio? -yo asentí. La verdad es que no sentí nada, pero quería reconfortarla- ¿Cómo fue tu primera vez?

-Pues fue en el reformatorio. Era sólo de chicos, pero de vez en cuando, venía la hija del director a visitarle y comer con él. Se llamaba Summer y era unos años mayor que yo. Tal vez, uno o dos. No lo recuerdo bien. Ella y yo nos conocimos cuando me llevaron a la sala del director porque le había dado una paliza a un chico que no paraba de tocarme los huevos. El director me estaba echando la bronca cuando Summer tocó la puerta y entró. Era muy guapa. Supongo que yo le gusté nada más verme porque, a partir de entonces, venía casi todos los días. Y no me extraña. Yo también lo hubiese hecho. Soy tremendamente sexy -Maddie me dio un pequeño manotazo en la pierna cuando hice esa broma- El caso es que hablamos un par de veces y después de decirle un par de piropos, nos fuimos a mi habitación, cerramos la puerta por dentro y, bueno, ya te imaginas lo que ocurrió

Con Sólo Una Caricia (Harry Styles fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora