Epílogo IV: Marina Torch

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Las olas del mar, el aire salado, el canto de las aves y Milo, mi fiel Golden retriever. Soy Marina Torch, sexi chica de dieciséis años con ondulado cabello negro y ojos miel, de personalidad extrovertida y algo tremenda. Soy una excelente bailarina que está en su penúltimo año de preparatoria y mi sueño es llegar a ser una gran bailarina. Mi mamá es Pamela Torch una increíble escritora que ha ganado varios Publisher, escribe varios artículos par a la revista semanal "variedades y noticias", y a sus cuarenta años, todavía conserva ese brillo único de ella. Mi papá es Ian Torch, un compositor y técnico en sonido muy hábil. Le gusta la mecánica y trabaja en ella de vez en cuando con mi hermano mayor Jeremy mientras hablan de deportes. Jeremy es el más parecido a papá, pero Jeimy, mi otro hermano, es más parecido a mamá con la lectura, la creatividad y el sentido periodístico. El ladrido de Milo me saca de mis pensamientos y tomo la pelota en mi mano para arrojarla al agua mientras fijo mi mirada en ella. Siento un peso en mis hombros, pero al saber quién es, le regalo una dulce sonrisa.

—Si te preguntan, he estado contigo toda la mañana. —Dice Jeremy, mi guapo hermano mayor de ojos verdes, piel bronceada por el sol de la playa y cabello negro algo ondulado.

— ¿Qué hiciste ahora Jeremy? —Pregunto sonriendo.

—Ya veras, le gané a tu broma de esta semana.

— ¿A la bomba dulce en la heladería? Dudo mucho que la hayas sobrepasado. —Dije volviendo a recibir la pelota de Milo.

—Yo creo que sí hermanita. —Me toma la pelota en sus manos y la arroja muy lejos en mar adentro —. Solo espera...

— ¡Haaa...! —Un grito me toma por sorpresa —. ¡Torch! —Grita un hombre que viene corriendo hacia nuestra dirección cubierto de una extraña mezcla de comida y bebida. — ¡Esto es tú culpa! —Señala y grita a Jeremy.

—Él ha estado conmigo toda la mañana. —Defiendo a mí hermano —. No te atrevas a insultarlo.

—No estoy hablando contigo. —Dice con desdén —. De seguro...

—A ella no le hablas así. —Dice Jeremy interrumpiendo lo que él tenía que decir.

—Están en pro...

— ¿Por qué? —Interrumpo —. ¿Acaso te pusimos un arma en la cabeza para que usara la comida de ropa?

—Oye, sé que gusta cuidar del planeta pero esto es el colmo. —Se burla Jeremy.

—Y como ya te dije, él ha estado conmigo, así que no tienes base para decir que esto —lo señalo —es culpa de él.

Él hombre boquea como pez buscando un nuevo argumento para rebatir lo que decimos y termina gritando furioso.

— ¡Ningún Torch entrará de nuevo a mi cafetería! —Sentencia y se va echando humos por las orejas.

—Mamá te matará cuando se entere. —Digo sonriendo y Milo me devuelve la pelota.

—Entonces que no se entere, como dice el dicho: ojos que no ven, corazón que no siente. —Se encoje de hombros y comenzamos a caminar hacia el jeep.

—Igual se enterará. —Subo y sonrío al ver que Jeremy no logra convencer a Milo de que suba.

—Pagaré las consecuencias. Sube Milo. —Lo empuja y hala pero Milo no se mueve de su sitio —. ¡Arriba pulgoso! —Grita desesperado haciendo que suelte una carcajada.

—Aquí pequeño ven. —Digo palmeando mis muslos logrando que Milo se siente a mí lado y recueste su cabeza en mi regazo para que lo acaricie —. ¿Nos vamos? —Me burlo de Jeremy.

Papeles De EnsueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora