Treinta y ocho

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No corregido.

Seguí a Christian lo más rápido que mis tacones me lo permitían. Me monté en el coche antes de que él arrancara y supe que hoy no era su mejor día. - Saca la agenda de la guantera y llama al puñetero catering.
Lo hice, con su móvil, y no tardé en oir la voz de una mujer por todo el coche, que seguramente después de las palabras de Christian, su voz temblaba y yo, si fuera ella, no tardaría en ponerme a llorar.

El catering había fallado y según lo que vi cuando llegué al recinto, había muchos problemas. Las flores no habían llegado, el atril tampoco, tenian problemas con el sonido y Christian echaba fuego.

- ¿Tienes el carnet de conducir? - llamó mi atencion.

- Sí.

Él sacó las llaves de su Mercedes y dudé enormemente en cogerlas. - Es automatico. Ve y compra las putas plantas que la señora desea. Metelas en el maletero y traelas. No ensucies o arañes el coche. - me quedé mirando las llaves. - ¡Vamos!

Las cogí y me apresuré a salir de allí. Abrí el coche y me monté en el asiento, echandolo más hacia delante para llegar a los pedales. Miré las marchas, nunca había conducido un coche sin marchas. Que Dios se apiadara de mí, Christian podría despedirme con ese humor de perros.

Cogí mi móvil y busqué en internet.

Cómo conducir un coche automático.

Esperé nerviosa a que la página cargara.

- No tiene pedal de embrague, vas a sentir que anda solo - leí en voz baja y subí mi dedo por la pantalla. - Palanca de velocidades. D, arrancar y circular. P, cuando estacionas el coche.  R, marcha atrás. N, punto muerto.

Dejé mi móvil en el asiento del copiloto, metí la llave, puse bien los espejos, cinturón y moví la palanca a D cuando arranqué. Pisé el acelerador y manejé. El coche parecía que iba solo, nada comparado con lo que habia conducido antes.

¿Lo más difícil? Aparcar. Así que me dediqué a dejarlo en doble fila mientras corría a la tienda y rezaba por no ver una multa en el parabrisas.
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Cargué con las plantas y sentí unas manos rozar las mías, quitandome el mayor peso. - No se te veía - dijo Christian. - ¿Que tal mi coche?

- En perfecto estado.

El sonrió - Coloca las plantas y después las banderas, tengo que hablar con el jefe de seguridad de Clinton, tiene algun problema con la ruta desde el aeropuerto hasta aquí. Parece que alguna calle por la que tiene que coger, no le parece segura.

Se llevó el móvil a su oreja y me dediqué en poner las plantas donde el croquis que tenía en la mano me indicaba. Puse la bandera y ayudé al de sonido a esconder los cables que se veían.

Puse las sillas observando el croquis y cuando me quise dar cuenta, casi era la hora de recoger a Med y por lo tanto, mi hora de salida. Busqué con la mirada a Chris, hasta que lo vi observando unos papeles. Me acerqué a él. - Tengo que irme. - Él levantó su vista, alzando una ceja.

- ¿Por qué? Hay mucho trabajo aquí.

- Tengo que ir a recoger a mi hija, y mi jornada laboral acaba.

Christian chasqueo la lengua. - ¿Sabias que esto es lo más importante en lo que vas a colaborar?

- Sí, señor. Si no tuviera otras responsabilidades me quedaba, pero hoy no puedo.

Brad tenía que quedarse en el hospital.

- Te llevaré.

No me negué porque estaba lejos y no llegaría andando. Así que no tardamos en llegar a la guardería de Med. Me bajé, dandole las gracias, pero sorprendentemente él también se bajó y me siguió.

ADOPTA A UN TIO / NO CORREGIDAWhere stories live. Discover now