Capítulo 27

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La alcaldesa abrazó a Roland de una manera que denotaba añoranza. Para el recelo de Marian, el hijo demostró hacia Regina un cariño que nunca pensó que existiese por parte de la reina.

Regina se agachó para quedar a la altura del pequeño y lo miró a los ojos, tan oscuros como los suyos propios.

«Te he extrañado, cariño» dijo Regina, tiernamente

«Y yo a ti» respondió sonriendo el muchacho

«¿Ah sí?»

«Sí» movió afirmativamente la cabeza varias veces

«Roland siempre está preguntando por ti, Regina» dijo Robin

«¡Roland!» Marian dio un paso al frente, alarmada. El marido la agarró por la mano, impidiéndole que avanzase.

«Marian, no te preocupes. Regina ahora es otra persona. Confía» la esposa de Robin Hood miró a la reina, y a continuación al hijo que parecía a gusto en los brazos de la mujer a la que creía una víbora» ¿Lo ves?»

Marian aúna sí miraba con desconfianza

Regina se puso en pie para defenderse

«Él tiene razón. No tienes por qué preocuparte. Ya no soy la que arrancaba corazones o mandaba a las personas a la hoguera»

El arquero apretó la mano de su esposa, lo que la hizo retroceder

«Estás viendo. Ya te había dicho que había cambiado»

Él señaló al hijo, pero prestaba atención a Regina

«¿Estabais paseando?» preguntó la alcaldesa

«Sí, y después vamos a comer chocolate» Roland se adelantó a responder «¿Vienes con nosotros, Regina?»

Ella se quedó un poco incómoda ante la pregunta del niño

«Ahmmm...bueno....no, Roland» dijo mirándolo desde arriba

«¿Y tú? ¿También paseando?» preguntó Robin

«La verdad es que no. Soy la alcaldesa, tengo alguna que otra vez estar en otros lugares que no sea la alcaldía»

Marian estaba bastante confusa. Era difícil concebir la idea de que la mujer que un día la sentenció a "muerte" era ahora alguien arrepentido.

«Roland, ven, tenemos que regresar» pidió Marian, y el niño obedeció

No se quedó muy feliz por ser llamado por la madre. Miraba a Regina con mirada triste.

La alcaldesa se dio cuenta. Fue un esfuerzo para Regina mantenerse impasible; desde su retorno, Robin había hablado con su esposa sobre su relación con Mills, esclareciendo todo lo que había ocurrido en su ausencia. Regina no tenía nada en contra de la esposa de Robin desde hacía un mes, teniendo mucho que ver en ello lo que estaba viviendo con Emma. Ya no deseaba matarla, ni perjudicarla, estaba segura de que jamás podría haber privado o deseado que Hood cambiase a la madre de su hijo por ella, y ya no deseaba al arquero como su compañero. No pudo dejar de pensar en Emma, otra vez. Si ella estuviese allí, la incomodidad sería menor.

Robin la miraba con la cara sonrojada. Parecía obvio que ver a la reina lo conmovía.

Regina lo miro de reojo, después focalizó su atención en Marian.

«No les estropearé más el paseo» también miró a Roland «Y usted señor, cómase un chocolate por mí»

El niño sonrió y confirmó.

STARTING TO FIND THE LASTING LOVEWhere stories live. Discover now