Seiryū: El Despertar De Una Leyenda (PAUSADA)

Capítulo 10 : El primer día de Clases es el más emocionante

Me levanté un tanto malhumorado, en tan solo un pestañeo la semana había pasado demasiado rápido. Lo peor y mas frustrante de todo, es que no había conseguido ningún avance con las habilidades nuevas, es como si activara un comando y este me respondiera con un "ERROR".

Mi única semana de descanso la pasé durmiendo, tomando varias duchas relajantes, comiendo y jugando al interior de la casa. Calia había estado ausente cada día esa semana, ya que necesitaba comprar su uniforme, los útiles que pedían en la Academia y quizás un par de libros para saciar su hambre de conocimiento, la verdad no lo sé.

Llegaba todas las noches alrededor de la cuarta campanada, que según mis cálculos debían ser cerca de las nueve de la noche. Ni siquiera tuve tiempo para probar la habilidad de [Lazo de Amistad] con ella, lo cual me hizo sentir un poco desilusionado...

Y bueno... ¡Aquí estamos! Habíamos viajado alrededor de media hora para llegar al extremo norte, las casas eran cada vez más elegantes, el piso estaba enlosado con finas capas de piedra brillante y a cada lado de la acera habían faroles de madera con [Mineral de Luminis] en la parte superior. Los mercaderes eran casi escasos, puesto que solo había gente vestida elegantemente caminando por las calles y los parques repletos de árboles y niños jugando.

Era asqueroso... ¡Enserio! Todos nos miraban como si fueramos poca cosa, iban vestidos tan ostentosamente y Calia solo llevaba el uniforme casual de cuero negro que la Academia Mágica exigía. Y ni hablar de mí, literalmente estoy desnudo... ¿Aunque supongo que está bien? No me imagino un dragón con esmoquin...

Realmente se podía notar la distinción social que había en este mundo, los ricos miraban en menos a los pobres, y los pobres daban todo lo posible para poder llegar a un puesto decente en el Reino. Todo dependía de tu estirpe, de donde habías nacido... Pero por sobre todo eso, quien sobresalía era el más fuerte, aquel que tuviera el mejor control y cantidad de maná.

Por eso el Imperio de Roel había sido siempre tan próspero durante tanto tiempo, su Rey no era elegido por una línea sanguínea sino que elegían al más poderoso y sabio para reinarlos. Pero el único problema era de que la actual Familia Real era demasiado poderosa, por consiguiente el trono llevaba más de doscientos años sin ser ocupado por alguien que no fuera de la actual Familia Real, los Kraminos.

Bueno al menos esa fue la información que conseguí al espiar... Cough, digo, escuchar hablar a las sirvientas y mayordomos de la casa...

Continuamos recorriendo el lugar a bordo del carruaje, hasta que logramos divisarlo con todo su esplendor. Un gigantesco campus rodeado de muros con ladrillos de color rojizo, las banderas flameaban imponentes desde cada esquina y sobre cada torre...

Justo detrás de estos muros habían miles de edificaciones altas y bajas, con distintas formas... De cúpula, cuadradas y rectangulares... Pero todas tenían algo en común, ese aspecto antiguo y misterioso, sin mencionar que todo el lugar parecía en sí mismo un hermoso castillo rodeado de extensas praderas, flores, árboles... Era como si dentro de esas murallas mantuvieran su propio bosque.

Y justo detrás de todo esto, por si no fuera poco... Había un gigantesco edificio de ladrillos blanquecinos y techos de mármol azulado, el triple de grande que el anterior. Estaba completamente separado del campus, y se encontraba ubicado justo al interior de dos inmensas montañas que chocaban entre si formando una descomunal y gigantesca "M". Era el verdadero castillo Real... ¡Y estaba tan cerca de nosotros!

Nos bajamos del carruaje muy rápidamente, y Calia puso una especie de collar en mi cuello. Tenía un pequeño parche de color dorado y unos dibujos extraños, supuse que era el distintivo de la Academia Mágica, despues de todo, aquí no dejan entrar a cualquiera.