Capítulo 11

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Me desperté algo confundida. Miré a mi alrededor, intentando ubicarme. Pronto recordé que estaba en la casa de Yack y los sucesos del día anterior.

Me dolía la cabeza.

-Buenos días, bella durmiente- saludó Yack en su usual tono burlón -Tu madre está esperándonos para almorzar en tu casa.

-¿Mmh? Ok...- murmuré, aún adormilada.

-Deberías tomar una ducha.

-Sí... Sí, ya voy- dije, poniéndome de pie lentamente para no marearme. Me tallé un ojo, me estiré y solté un bostezo.

Acto seguido entré al baño, me quité la ropa (que llevaba puesta desde ayer) y abrí la ducha.

Cerré la cortina transparente para no mojarlo todo y me dispuse a ducharme en paz, pero...

-Sabes, hay que ahorrar agua- espetó Yack entrando de la nada. Escuché su ropa chocar contra el piso.

Se metió en la ducha conmigo como si nada.

Me sonrojé a niveles extremos y me di la vuelta. No fuera a ser que se diera cuenta de que estaba mirando ese abdomen marcado... y lo que venía por debajo de este... Nope. Claro que no.

Se puso a silbar, como si fuera rutina. Yo no dejaba de ponerle atención a las manchas de humedad de la pared, que de repente eran el mayor espectáculo de la naturaleza.

Me apresuré a salir, tomé una toalla al azar y me fui al cuarto a secarme.

A los pocos minutos, Yack apareció cubriéndose de la cadera hacia abajo con una toalla. Me arrojó un par de bragas que parecían compradas recientemente.

-Ten, no vayas a tener que ponerte la ropa de ayer.

Una vez pasada la tremenda vergüenza de Yack bañándose conmigo, comenzamos a caminar en dirección a mi hogar.

Observé el barrio en el que estábamos. Uno muy bajo, a decir verdad.

Los edificios parecían caerse a pedazos, la pintura estaba desgastada, el asfalto de las calles, agrietado, y pude avistar varias personas durmiendo en la calle.

Yo revisaba mi celular discretamente a cada rato para evitar cualquier error. Afortunadamente, llegamos a mi casa a salvo.

Mi mamá ya nos estaba esperando con el almuerzo servido. El aroma de plato gigantesco de pastas cubiertas con salsa hizo gruñir a mi estómago. Había dormido tanto que no me percaté de que llevaba varias horas sin probar bocado.

Los tres nos sentamos. Yack hizo gala de su máscara se niño bueno durante casi toda la comida.

-Me alegra mucho que se lleven tan...- ella nunca llegó a completar la frase. Se desplomó sobre la mesa, manchando todo con sangre.

No pude gritar. No pude moverme. No sabía qué acababa de pasar.

Yack reaccionó rápido.

-Debió ser un francotirador, ¡AL SUELO!

Me empujó, haciéndome caer. Solo escuché disparos y el ruido de todos los cristales de mi casa destrozándose.

-Yack, ¿qué está ocurriendo?- atiné a preguntar.

-Debieron confundirla contigo.

Golpearon la puerta de entrada hasta voltearla. Todo estaba pasando muy rápido, pero en mi mente retumbaba la escena de mi madre cayendo muerta sobre la mesa se la cocina justo antes de llevarse el tenedor a la boca. Estaba sonriendo... todos estábamos sonriendo, incluso Yack... ¿Por qué la mataron? Esa bala era para mí...

Survival Game (Mirai Nikki)Where stories live. Discover now