Capítulo 24

765 73 3
                                    

Corrí como si me persiguieran todos los demonios del infierno con tal de que Savannah no notase mi ausencia.

Cuando entré al salón ya había demasiada gente rara reunida en un mismo lugar; por lo menos doscientas personas vestidas como si vivieran en la Europa de finales de 1800.

Yack, Yack, ¿dónde carajos estaba Yack?

Las luces se apagaron y un reflector se dirigió al palco, donde sentada en un trono estaba la reina.

-¡Bienvenidos todos!- dijo en tono alegre -¡Quiero agradeceros por venir a mi fiesta de cumpleaños! ¡Hoy nos reunimos para celebrar mis treinta años de edad! Oh, qué tristeza la mía, ¡en treinta años no he conocido a un pretendiente digno!- suspiró en su tono melodramático.

-¡¿QUIÉN OSA SITUARSE EN MI PALCO?!- gritó una voz imponente que automáticamente reconocí como el chico del parche. El reflector se movió hacia el lugar de donde venía aquél que había interrumpido el discurso.

Yack saltó desde una viga y se aferró a las cortinas de cuatro metros, bajando con gracia por ella.

-¡Quiero desearos un feliz cumpleaños, hermana mía! Es una verdadera lástima que no hayáis podido encontrar a vuestra media naranja...- recitó, dando pasos largos y rítmicos que resonaban ante los ojos atónitos de los presentes. Marcaba con el tacón de sus botas cada movimiento, pisando con fuerza -¿Por qué el silencio, mis monsieurs? ¿Acaso los he tomado por sorpresa?

-¡¡¿QUÉ DEMONIOS ESTÁS HACIENDO, YACK?!! ¡ESTO NO ES ACORDE AL PLAN!- chilló Savannah, desesperada por perder la atención de sus invitados.

-No es acorde a TU plan, mi querida Savannah- alzó la vista hacia ella, su ojo único brillaba con intensidad -Pero es totalmente acorde al mío.

El movimiento fue tan veloz que apenas pude procesar lo ocurrido. De un bolsillo interior en su gabardina sacó una navaja que voló a toda velocidad hacia el palco.

El reflector se dirigió hacia el lugar. Esperé ver un cadáver... Pero no. Un abanico interceptó la daga en el acto, frenándola a centímetros de la cara de Savannah.

-Así que esto querías hacer...- murmuró -Perfecto. ¿Quieres matarme, hermanito? Pues pelea como un hombre.

La mujer bajó elegantemente las escaleras, acercándose al chico del parche (que ahora era una máscara).

-Un duelo, a muerte. Dime, Yackie, ¿puedes manejar una espada tan bien como manejas tus patéticas navajas?- desafió, alzando una pierna en un perfecto ángulo de ciento ochenta grados cual bailarina clásica, dejando ver un portaligas del que sacó una espada -¿Qué clase de reina sería si no supiera defenderme con gracia?~

El muchacho suspiró y desenfundó.

-Muy bien... ¿Listo, Yackie?- sonrió ella, desprendiéndose parte de la falda del vestido -En guarde- dijo de repente cambiando drásticamente su tono alegre por uno realmente amenazante. Atacó sin previo aviso, a lo que el chico de la máscara apenas pudo bloquear.

-¡Tu conocimiento en peleas callejeras no se compara con mis años de esgrima, muchacho!- gritó Savannah, atacando una y otra y otra vez sin piedad alguna.

Era la primera vez que lo veía moverse de forma torpe. Sus pies se enredaban entre sí, no atacaba, luchaba por defenderse. Contra los movimientos femeninos y gráciles de su hermanastra... No tenía chance.

-¡¡¡DIME, YACKIE, ¿QUÉ SE SIENTE SABER QUE SUFRIRÁS EL MISMO DESTINO QUE LA MERETRIZ?!!! ¡O EL MISMO QUE TU HERMANA, SI VAMOS AL CASO!- la mujer se reía y no dejaba de atacar. Era veloz, hábil y totalmente impredecible. Si tan solo mi diario mostrase los errores que Yack cometería...

Survival Game (Mirai Nikki)Where stories live. Discover now