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—Suéltenla, la están lastimando—Ordenó el rey Regis.

Aun sin levantar la mirada seguía llorando, sentía todo tipo de dolor que pudiese existir.

—Fue en mi defensa—Susurré.

¿Y ahora, qué iba a pasar conmigo?, ¿qué iba a pasar con Kate?

—Noctis, llévate a la pequeña de aquí.—Él principe asintió y se la llevó. Kate me miró, le sonreí.

Nunca me imaginé estar en esta situación, jamás.

—¿Van a matarme?—Pregunté.

—No, claro que no.—Respondió con un semblante serio.

—¿Entonces?—Dije temerosa.

—¿Qué sabes hacer?, quizás podríamos hacer un acuerdo.—Me miró.

—Soy enfermera, hace un mes comencé a trabajar...—Apreté mis labios.

—Bueno, puedes hacer algo—Sonrió—Mi hijo Noctis y sus amigos irán de viaje, en el viaje como en todos puede que haya "incidentes", así que si salen heridos, quiero que los sanes, no quiero un "no" por respuesta.

—Si...—Lo miró—Pero ¿y mi hermana?—Realmente temía por ella.

—Tú eres la chica que se graduó con honores, eres de la las mejores de tu generación y si te preocupas por ella, tú hermana será criada como una princesa, con estudios, educación y lo que ella necesite, será igual a ti—Sonrió triunfante.

Le explicaba a mi hermana todo lo que iba a pasar, ella se sentía muy feliz, por mi parte no tanto, no quería separarme de ella y estaría con chicos, cosa que era incomoda, ya que no acostumbraba a estar con ellos.

(...)

Era lunes, el clima era soleado. Los cuatro muchachos ya estaban listos para partir.

—Chicos, una cosa antes de que se vayan, ella es ______ Seok, será su enfermera en él viaje.—Explicó él rey Regis.

—¿Y cómo por qué?—Dijo él principe Noctis con cierto disgusto, bueno, no cierto, mucho disgusto.

—Porque es una orden y punto—Dijo neutro—Gladio, te vas a encargar de cubrirla, Ignis dale de comer, Prompto tú te vas a encargar de que no le falte nada y tú Noctis, solo la mantendrás segura.—Ordeno.

Cuando salimos del palacio los cinco nos quedamos callados, él silencio era tan incomodo.

—Escuchame bien, plebeya, no quiero que te entrometas, ni nada de eso.—Él principe me habló bruscamente.

—Escuché, alteza, yo solo voy a hacer mi trabajo, no voy a estorbar, no me voy a meter en donde no me llaman, le pido de la manera más cordial que me deje hacer mi trabajo, lo único que haré es estar cuidando de su salud y estar a su servició.—Le hablé con respeto y serenidad.

Molesto, me dió la espalda y camino hasta su auto.

Blue. Where stories live. Discover now