Sobresaliente (completa y editada)

Parte 3

-  Tiz - Fabricio la sacó de su ensimismamiento.

-   ¿Si? - Beatriz meneó la cabeza, tratando de volver a la realidad.

-   Estás muy distraída hoy - Fabricio había notado que ella tenía perdida la mirada en sus manos, que movía mucho al hablar. Justo cuando se dio cuenta de ello comenzó a tronarse los dedos y a juguetear con sus anillos. Después, dijo su nombre como parte del juego que había comenzado a formarse en su cabeza. Cuando ella respondió le dedicó un esbozo de sonrisa y mirándola detenidamente agregó: - cuéntanos qué entendiste de la lectura.

* * *

Tiz no era precisamente guapa. Su piel era pálida y su cara estaba permanentemente adornaba por un marcado par de ojeras. Su cabello castaño le llegaba hasta las costillas, siempre suelto y sin peinar. Usaba poco maquillaje, tenis y jeans rasgados. Se mordía las uñas y su barniz negro estaba desgastado. Además, era callada y tímida. Sin embargo, había algo en sus pecas y en sus labios carnosos que jugaba con la mente de Fabricio.

Ella tenía mucho talento para escribir. Fabricio leía sus cuentos y se regocijaba con su colorida mente justo antes de comenzar a pensar en ella mirándolo discretamente mientras impartía sus clases. Él siempre sentía su mirada. Sabía que ella estaba recorriendo su torso y que siempre llegaba hasta sus dedos. Sabía también que le gustaban sus brazaletes de cuero y que le ponía nerviosa que la volteara a ver. Sin embargo, no podía evitarlo. Beatriz le resultaba peligrosamente atractiva.

*  * *

-   ¿En qué año naciste? - Fabricio había organizado una visita a la Cineteca Nacional y se había sentado al lado de Beatriz durante la proyección. No lo había planeado así, pero le daba gusto que así hubiera fuera.

-  En el 97 - Beatriz contestó sin mirarlo, y armándose de valor, agregó: - ¿y tú? - él hizo una mueca juguetona.

-   Hace mucho.

-  No creo que tanto - ella dejó salir las palabras sin pensarlas demasiado. Se arrepintió dos segundos después.

Fabricio le sonrió.

-  Tengo 32 años.

-   ¿Ves? No es tanto - ella sonrió de vuelta sin dejar de ver sus uñas, carcomidas hasta llegar casi a la mitad.

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