Escape - enfrentar la realidad (yaoi/gay) [Hiatus]

Prólogo

"¿Querías hablar... conmigo?". Preguntó el joven a la chica frente a él, un poco inseguro, aferrándose de la correa derecha de su mochila con dicha mano.

Ella le dedicó una mirada profunda. "Sí..."

El chico asintió levemente, pidiéndole de alguna manera que continuara.

La chica ahora miró hacia un costado, y rápidamente volvió a mirarlo. "Seré clara." Dijo, y suspiró. "Me gustas."

El chico abrió los ojos en sorpresa, y separó los labios para decir algo, pero nada salió.

"¿Saldrías conmigo?" Le propuso la rubia, inclinando la cabeza hacia un lado y mirándolo fijamente.

¿Acaso la chica más guapa del salón estaba declarándosele?

"Eh, yo..." logró decir dificultosamente.

"Está bien. No estés nervioso, esto es real." Rió ella arrogantemente, y se corrió el cabello del hombro con un movimiento de cuello.

El chico miró hacia el suelo sin devolverle la risa, y apretó la correa más fuerte. "No... puedo c-corresponder esos sentimientos..."

Ella elevó una ceja. "¿Qué dijiste?" Preguntó cruzándose de brazos.

El chico cerró los ojos. "No... me gustas, lo siento." Dijo enfrentándola por fin.

Ella soltó una especie de risa burlona. "¿Me dices que la chica que todos desean – con el cuerpo perfecto y la cara más hermosa que jamás hayas visto, no te gusta?" Le soltó, ahora con ambas cejas elevadas. "¿Sabes cuántos otros desearían estar en tu lugar?"

El frunció un poco el ceño. Qué arrogante. Pero si tuvo el coraje de declarársele, al menos debía deisculparse con ella y asegurarse de que se encuentre bien. "Mira... lo si– "

"¿Qué eres?" Lo interrumpió "¿Maricón?" Comenzó a reír, no saliendo de su asombro.

Él abrió sus ojos y se petrificó. Ella dejo de reír, y el tragó saliva lentamente.

"No me digas que..." empezó a decir ella con los ojos casi tan abiertos.

"Y-yo– " trató de defenderse, en vano.

"...dí en el blanco..." finalizó.

El apretó sus dientes, y cerró los ojos una vez más.

"Claro, tenía que ser la única razón..." murmuró orgullosa, pero todavía sorprendida.

"No... le digas a nadie, por favor." Le pidió él. "Realmente no sé si..." trató de explicar lo que ni el siquiera entendía todavía.

"Wow. Realmente no me lo esperaba." Dijo mientras se pasaba los dedos peinándose el cabello.

El suspiró, cansado. "Esto quedará entre nosotros, ¿verdad?"

"¡Claro! ¿Crees que los demás se van a enterar de que fui..." se interrumpió, frunció los labios, y terminó la frase con un tonito de desagrado en su última palabra "...rechazada?"

"No, claro que no." Dijo él, aliviado, y hasta sonrió un poquito. "Perdón, en serio."

Ella soltó aire por la nariz. "Está bien."

"G-gracias..." le sonrió más ampliamente, y la vio irse.

Ese secreto... que estuvo guardando por casi siete años, ahora se revelaba a alguien. Por un momento sintió que había sido todo en vano, pero al final se calmó a si mismo pensando que el gran ego de esa chica tomaría esa información y la enterraría en lo más hondo de su memoria para que no afecte su confianza en sí misma, y seguiría como si nada hubiera pasado.

Así, el también se propuso a dirigirse a su casa, mucho más tranquilo.