Capítulo 1 - El detonador llega a cero

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A propósito... ¿era realmente gay? Bueno, no lo sabía. De seguro no le gustaban las mujeres. Eso era algo que había descubierto en un campamento de verano, a los doce años.

Era esa época en que los niños se ponen curiosos por el sexo opuesto, casi convirtiéndose en pubertos, y unos amigos lo invitaron a la cabaña de unas niñas. Decidieron jugar a la botella, y allí le tocó dar su primer beso a una linda niña de cabello castaño y rizos.

Yyyy, no sintió nada. Absolutamente, más que la humedad de sus labios. En realidad, no sabía si debía sentir algo, pero era un indicio. Y lo que lo confirmó fue la reputación de casanova que se ganó, al cansarse de cada chica con la que salía, y dejarla por otra nueva. No es que le gustara hacerlo, pero cada vez que dejaba una, otras siempre iban a buscarlo. Era un ciclo sin fin, que continuó hasta el corriente año, cuando decidió por fin no salir con ninguna chica más, porque era en vano. Lo que fue una gran decepción para la parte femenina no sólo de su salón, sino de toda la escuela.

Pero la declaración de hoy lo había sorprendido – creía que todas ya se habían dado por vencidas, y la chica más linda de su salón ciertamente nunca había salido con él.

Aún así, tenía más efecto ver las mojadas espaldas de sus compañeros en los vestidores del gimnasio, que besar y toquetearse con una mujer. Pero... ¿le gustaban? Nunca había sentido nada por alguien de su mismo sexo, de hecho, así que no lo sabía.

Estaba muy confundido, aunque... ya qué, no se preocuparía por eso a esas alturas, lo mejor es dejarlo ser. La vida eventualmente decidiría que hacer. Soltó un cansado y largo bostezo, y se metió dentro de su cama.

Pero lo que no sabía, era que ese aspecto de su personalidad era lo que lo enterraría socialmente al día siguiente.

El arrivo a la escuela fue totalmente normal. Para él era un día más, hasta el momento en que escuchó la primera risa. La cual hubiese pasado totalmente desapercibida, a no ser porque pudo darse cuenta que iba dirigida hacia él.

Quizá es mi imaginación... Pensó, extrañado.

Mientras seguía su camino por el patio frontal de la escuela, entre los grupos de alumnos que se encontraban esparcidos por allí, pudo notar que, de hecho, mucha más gente estaba dedicándole atención.

Unos miembros del club de fútbol comenzaron a tirarle besos extremadamente sonoros, mientras se destartalaban de la risa. Los observó realmente sorprendido, girando el cuello como una lechuza todo lo que alcanzó, pero siguió caminando.

"No puedo creerlo, yo he salido con él..." Ladeó la cabeza una chica que se encontraba con sus amigas, la cual él reconoció, y todas lo observaron con reprobación.

Empezó a molestarse un poco en lo que abría la puerta para entrar en la institución.

Por suerte para su alivio, allí estaba su grupo de amigos.

"Hola," los saludó. “¿tienen idea de lo que está pasando? Porqu– “ No pudo terminar su oración al ver la expresión de los chicos al frente suyo – disgusto y molestia. ¿Era por su presencia? ¿Qué demonios había hecho?

Owen, un chico rubio y atlético fue el primero en hablar, sin siquiera moverse de su lugar.

"¿Desde cuándo, hermano?" La acusación estuvo acompañada de un ceño fruncido.

"¿A qué te refieres...?" Cómo si el día no hubiese sido lo suficientemente extraño, Sean, el chico más alegre y divertido que conocía lo enfrentó con la expresión más seria que jamás le hubiese visto.

"¿Por qué no nos dijiste? ¿Somos tus amigos.... o no?"

¿De qué demonios hablaban?

"Yo n-no..."

Escape - enfrentar la realidad (yaoi/gay) [Hiatus]Where stories live. Discover now