Capitulo 1 Tres payasos.

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La vida puede cambiar tanto y tan rápido, un simple parpadeo, una equivocación o el deseo de proteger a quienes sin saber cómo amas, podría decirse que fue un sueño, profundos deseos de una imaginación bien creativa, sin embargo para mí fue más que real el sentimiento, la impotencia, el dolor, el abandono.

Estuve adormecida, muchos años me esforcé por sentir algo, por despertarme y salir de la rutina, sin embargo nada nos depara para eso que sin remedio esta por venir, para aquello que ni en los más desquiciados pensamientos imaginamos que sucederían.

Suspiro al ver abajo, la inmensidad del mundo siempre ha sido algo que me ha fascinado, la naturaleza, el aire limpio que en la ciudad no se puede disfrutar y el hermoso silencio que es roto por los animales, nada cómo estar así, relajado disfrutando de lo que por sí sólo el planeta nos regala.

―Así no es ―Me acerco al alto y musculoso hombre y a su novia para ayudarlos con el arnés ―Mire ―Lo aferro a la cintura de la chica y jalo para que quede bien puesto ―De todos modos el instructor no demora en explicarles ¿Es la primera vez que saltan?

―Si ―Responde el guapo de ojos grises sin dejar de verme con fascinación, le sonrío volviendo la atención a la muchacha que luce bastante nerviosa.

―No lo piense mucho ―Sugiero acomodando a medias el arnés en mi pierna ―La vida es una sola, hay que disfrutarla tanto como se pueda...

―Mi hermano esta demente ―Lo mira con gesto asesino, suelto una pequeña carcajada visualizando a mi nerviosa hermana ―¿Quien en su sano juicio juega así con su vida?

―Alguien que sabe que la vida es efímera ―Respondo negando con la cabeza a mi hermana, quien se asoma demasiado por la barandilla para luego soltar un grito de horror ―Disculpen ―La jalo del brazo molesta por su imprudencia ―Si quieres saltar no te detendré...

―Olvidalo, estas locuras las dejo para ti ―Me encojo de hombros preparándome para saltar ―¿Estás segura que quieres hacerlo? ―Sonrió apartando la mirada del vacío al ver la preocupación de mi pequeña hermana al ver hacia abajo con bastante miedo, ella es de las personas que odia las alturas, nada aventurera, todo lo contrario a lo que soy yo, ambas somos muy distintas en muchas cosas, pero el amor que nos tenemos es inmenso, y siendo la hermana mayor sé cuán protectora puedo llegar a ser cuando alguien intenta hacerle daño ―Sophía...

―No tienes de que preocuparte cariño ―Palmeo su brazo de forma cariñosa ―No es la primera vez que hago algo así.

―Pero... ―Pasa saliva al volver a ver los 96 metros que nos separan del suelo ―Es demasiado arriesgado Sophía ¿No crees que es mejor si vamos a escalar al parque?

―Tranquila ¿Si? No venimos hasta aquí para hacer lo mismo de siempre, si no hago esto ahora que estamos de vacaciones después no tendré tiempo para hacerlo ―Sonrío para aminorar un poco sus nervios ―Te lo dije ―Acaricio su mejilla, suspiro emocionada ―Será divertido ya lo verás ―Un instructor puenting me pasa el casco y ajusta los arnés alrededor de mi cuerpo, en las piernas y ambos tobillos mientras me indica lo que debo hacer al saltar.

―¡Wow! Voy de nuevo ―Rafael, el novio de mi pequeña hermana termina de ser subido después de su primer salto ―¡Debiste obligarme antes! ―Sonrió al verle tan entusiasmado ―No lo puedo creer es... es increíble lo que se siente.

―Si, bueno ahora me toca ―Camino por lo que parece ser la tabla. Sonrió recordando a los Piratas del Caribe y sus manías. Uno de los instructores va pegado a mi espalda, ante la inmensa caída los nervios se me alborotan, parece que se me quitaron las ganas de saltar.

Incauta Azura.Where stories live. Discover now