BLACK.

Capítulo 1. "Cobarde".

Un calor comenzaba a extenderse a lo largo de su pecho. Su garganta ardía, trataba desesperadamente de tomar grandes bocanadas de aire.

Se sentía mareada...

Pero aún así no paró, siguió corriendo como si su vida dependiera de aquello. Literalmente.

Sus piernas flaquearon y sin poder evitarlo cayó de rodillas al piso. Sin embargo, una mano en su antebrazo le hizo alzar la vista.

Un chico de cabellos celestes la miró serio, hasta que una sonrisa de apoyo se esbozó en su rostro y ésta le imitó.

«Trunks...»

Se volvió a colocar de pie así comenzando a correr a su lado, pero... una brisa los hizo frenar. No; más que eso, era... humo, tinieblas, oscuridad...

Aquello poco a poco iba tomando forma. Por fin iban a poder ver al sujeto que tanto daño les había hecho, quien arruinó aquel mundo, sus vidas, la... paz.

Lo primero que divisaron fueron sus ojos rojos, ahora negros azabache. Su cabello rebelde, su...

... Esperen.

A la chica se le corta el aire.

«Aquel sujeto es idéntico a... No, no puede ser posible», pensó ésta retrocediendo unos pasos por inercia.

¿Goku?

Aquel cabello, aquellos ojos... Era la viva imagen de él. Y eso sólo le hizo viajar hacia un lugar...

... a su pasado.

Aquella chica de cabello negro se encontraba acostada en ese lugar ya hace casi una semana. El vendaje en su cabeza era algo que llamaba la atención a simple vista. Claro, ¿qué le había sucedido?

Un chico de cabellos parados dormía en una silla apoyado al costado derecho de la cama. ¿Éste chico había sido el responsable de su herida? ¿o había sido su salvador?

Nadie podría saberlo a simple vista, o quizás sí.

Ese sujeto era el conocido Son Goku. Hombre experto en peleas, de raza Saiyajin, pero de gran corazón. Incapaz de matar a una sola mosca a menos que esa mosca sea maligna así arriesgando a la humanidad, etcétera.

Pero aquél ya era otro tema.

La chica se removió en su lugar y luego de soltar unos cuantos quejidos se irguió mirando todo con sumo detalle, se encontraba desconcertada... ¿Cómo había llegado a parar allí?

De repente, su mirada para en aquel sujeto aún dormido a un costado de la cama ¡Hasta roncaba! tal así que a ella le dieron unas sumas ganas de dejarle dormir el tiempo que quisiera. Pero... quería explicaciones de cómo había llegado allí. Más bien, las necesitaba.

Todo era tan confuso...

Su mente parecía estar en blanco —cosa que no le ayudaba en mucho—, además de que la cabeza le ardía como los mil infiernos.
Cuando ya se disponía a despertar a tal desconocido para ella, éste abre sus ojos de golpe como previendo la situación.

No supo por qué, pero sus mejillas se tiñeron de rojo por el hecho de tan solo ver tales ojos negros. Más bien, ojazos negros.

—¡Hola!—dijo con un tono demasiado animado aquel tipo, mientras se colocaba de pie con torpeza—. Soy Goku—terminó de decir con una bella sonrisa.

—¡CUIDADO!—Todo pasó tan rápido...
La chica miraba a "Goku" embobada totalmente absorta en sus pensamientos, mientras que este mismo —sin importarle nada— lanzaba bolas de ki a cualquier dirección.
Una fue a parar exactamente donde ella ¡Fue una suerte que Trunks la empujó lejos!

—¡Debes tener más cuidado!—le regaña éste, y ella asiste con su cabeza algo apenada.

«Goku murió de un infarto, estoy segurísima yo le vi desfallecer, yo fui la última persona que lo tuvo entre sus brazos antes de su partida», se dijo a sí misma tratando de centrarse en su objetivo. Asesinar al falso Goku y salvar a la humanidad «Éste no es Goku, Goku está muerto».

—Estúpido Saiyajin—escupe Black, justamente con la misma voz de su "amado".

«Mierda. Como extrañaba esa voz, sin embargo, el tono no es el mismo. No existe aquel toque de alegría que contagia a todos, aquel tono propio de Goku... Aquél que tanto amo», pensó la chica sin dejar de mirarle.

—Nala, cuando te dé la señal corres y subes a la máquina ¿entendido?—pregunta Trunks en un susurro, y la nombrada le mira extrañada.

¿Acaso él piensa...

—¿¿Entendido??—remarca, esta vez captando la atención de Black.
Nala asiste con la cabeza.

«Ni que se le ocurra hacer una tontería a este cabrón...»

—¡Black! ¡Pelearemos!—grita Trunks, y la peli negra abrió los ojos a más no poder. No no no, en realidad no se sentía capaz de también perder a Trunks, su único amigo.

Se trató de oponer ¡claro que lo hizo! pero la mirada de Trunks era severa.

«Todo esto es muy arriesgado, pero... confiaré en él»

Y así, Nala se echó a correr.

«Como una cobarde», pensó con amargura, sin siquiera mirar hacia atrás.