La decisión de Neji

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REGRESA A MÍ

Capitulo 2: La decisión de Neji

Por Okashira Janet

Neji echó el morral a sus espaldas y desvió su camino, se había despedido de Naruto y Sasuke diciéndoles que debía presentarse en la mansión Hyuuga y era cierto, pero antes quería dar un paseo por el área de entrenamiento, ese lugar le traía viejos recuerdos, momentos de su infancia y también de su pubertad, mirando atrás podía reírse al darse cuenta de lo tonto que había sido en ocasiones, lo torpe de su rencor hacía su prima, lo injusto de su odio hacía alguien que había sito igual de victima que él.

Respirando hondamente extendió ambos brazos para dejar que el viento lo golpeara, era tan refrescante estar de vuelta en casa. Los tres años que había pasado al lado de Naruto y Sasuke definitivamente le habían servido de mucho, había mejorado todas sus técnicas, aprendido nuevos jutsus e incluso había incrementado su nivel de chakra debido a las constantes peleas que había librado.

Por el lado sentimental (y aunque le costara admitirlo) pasar tanto tiempo con el rubio le había causado gran influencia, era imposible no ser optimista con una persona como Naruto en su equipo, algo incluso peor que tener a Lee y su "llama de la juventud" cerca.

Una media sonrisa se dibujó en su cara, la última vez que había tenido noticias de su antiguo equipo le habían comentado que ambos habían presentado examen para rango Jounin, pero ni siquiera sabía los resultados, aunque seguramente ambos habían pasado.

—¿Neji? —Una voz sorprendida se escuchó frente a él y al alzar la mirada el joven pudo encontrarse con la más pequeña de sus primas que claramente había dejado de ser una niña.

—Hanabi-sama... —Neji parpadeó sorprendido, la jovencita era alta, delgada, de huesos firmes, el cabello castaño a la cintura y la ropa de entrenamiento que le hacía ver atlética, definitivamente no se parecía a Hinata a esa edad.

—Entonces es cierto... han vuelto... —Hanabi se puso de pie.

—Sí, esta misma mañana.

—Que bien... —Hanabi apretó las manos, siempre había sido una niña que se esforzaba y se refugiaba en el silencio, pero Neji nunca le había visto esa mirada ligeramente anhelante

—¿Hay algo que deba decir o saber Hanabi-sama? —Neji se inclinó ligeramente hacía ella, de cualquier manera era mucho más alto por varios centímetros.

—Si hay algo. —Hanabi soltó un suspiro—. Pero no puedo decírtelo.

—No entiendo.

—Neji, —Hanabi lo miró, con aquellos ojos que los volvían familia—, ¿sabes que sucede cuando la mariposa es oruga?

—¿Disculpe? —Hablar de biología no era precisamente lo que estaba esperando de ella.

—Cuando es oruga nadie la quiere, a nadie le interesa. —Hanabi giró la mirada a otro lado, las manos aun entrelazadas.

—Bueno, supongo. —Neji la miró con fijeza, dándose cuenta de que sus palabras encerraban algo grave.

—¿Pero sabes qué pasa cuando se vuelve mariposa?

—Todo el mundo la admira. —Neji le sujetó de la muñeca—. ¿Se encuentra bien?

—Sí. —La joven giró hacía él sonriendo tristemente—. Cuando se convierte en mariposa todo el mundo la quiere.

—¿A qué viene esto Hanabi-sama? —En el pasado nunca habían conversado mucho, ella era una niña y él un adolescente demasiado serio para prestarse a conversaciones infantiles.

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