Entre pesadillas

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REGRESA A MÍ

Capítulo 5: Entre pesadillas

Por Okashira Janet

—¿Hinata-chan? —Naruto se descolgó del árbol donde se encontraba parado y cayó limpiamente frente a ella.

—Naruto-kun, que-que gusto verte... —Hinata tartamudeó frotando de manera nerviosa sus dedos índices, sin volver la vista ni por un momento hacia su cara.

—No te había visto en un buen tiempo. —El rubio sonrió ampliamente apreciándola sin ninguna clase de recato, después de todo ella estaba demasiado concentrada en mantener la vista baja como para avergonzarse por su escrutinio.

—Desde hace tres años, pa-parece... —Aunque su voz ya no era tan débil como antaño seguía teniendo un cierto aire musical.

—¡Hinata-chan!, —finalmente Naruto sonrió ampliamente—, ¡es genial verte de nuevo!, ¡has cambiado!

—Tú también Naruto-kun... —Lo dijo sin creerlo en realidad porque de tan nerviosa que estaba solo había alcanzado a verle la parte baja de las bermudas, mentalmente se dijo que era una tonta, ¿qué le había dicho Sakura?, que no dejara que le afectara, que fingiera, si se esforzaba podía ser capaz de engañar incluso a su propio corazón. Pasando saliva se animó a levantar la vista, al instante descubrió los hombros fuertes enmarcados por una ajustada playera, el cuello ancho, la barbilla atrayente y sus siempre hermosos ojos azules.

—¡Ven acá! —Sin dejar de reír Naruto la tomó por una mano y la atrajo hacía él sin ningún esfuerzo, encerrándola en un apretado abrazo—. Pensé mucho en ti... —No tenía planeado decirle aquello, simplemente se le había escapado, parecía que a sus palabras se le dificultaban pasar primero el filtro del cerebro.

—¡Ah! —Hinata quiso corresponder su abrazo, quiso decirle que también ella había pensado en él, que lo había hecho cada día de su ausencia, pero se forzó a mantener las manos abajo.

—Sigues sonrojándote como un tomate cuando te veo. —Naruto la soltó de la misma manera en que la había abrazado y puso una mano en su cadera sin dejar de sonreír, recordaba que Hinata a los catorce años le había parecido linda, pero el cambio ocurrido en los últimos tres años había sido casi de otra dimensión, su cuerpo ahora ya no tenía ni rasgo de una niña, era el de una mujer, cintura estrecha, caderas amplias, senos grandes, quizás lo único que conservaba de aquella época era su rostro ingenuo y su cabello largo con destellos azules.

—¡Ah!—Aturdida Hinata giró el rostro sintiendo que se ahogaba, debía escapar de ese lugar, ella no era tan fuerte como Sakura, no podía fingir, lo amaba completa y ciegamente, siempre lo había hecho, desde que eran niños. Cerrando los ojos se inclinó rápidamente haciéndole una marcada reverencia—. Me siento muy feliz de ver nuevamente a Naruto-kun después de tanto tiempo, pero debo irme, quede con verme con Shino-kun y...

—¡Espera! —Sin pensarlo la sujetó por la muñeca impidiéndole marcharse—. ¿No puede esperar Shino?, hay tantas cosas que quisiera decir, cosas que hay que aclarar... —La voz se le perdió en un susurro, era cierto, Hinata se le había declarado hace años, era justo que le diera una respuesta pero... ¿Cuál era esa respuesta?, no se había puesto a analizarlo, decirle "Hinata he descubierto que yo también te amo" sería una mentira porque no lo sentía así, pero decirle "Lo siento, no puedo corresponder tus sentimientos" era algo que le aterraba, no quería perderla aunque si era sincero nunca la había tenido—Es... —Porque nunca había sido bueno analizando situaciones—. Acerca de lo que ocurrió con Pain hace tres años, yo... bueno, yo te debo una respuesta... —Pero Hinata no quería oír esa respuesta, habría preferido que lo olvidara, hubiera preferido que aquella confesión se perdiera en el tiempo.

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