d o s

1.5K 50 0
                                    

-¡Tía Lena!

La pequeña Alba saltó a mis brazos nada más cruzar la puerta de la casa de Gareth. Riendo, la cargue con cuidado mientras besaba su mejilla.

-Hola preciosa. Cada vez que te veo estas más grande.

-Mami me dijo que vendrías con nosotros, ¿es cierto?- preguntó con una sonrisa tan hermosa que provocaba comérsela.

-Así es bebé.- Gareth entro a su casa y me quito a Alba de los brazos para darle un beso en la frente.- Tu tía Lena se quedará un tiempo con nosotros.

-¿La has convencido?- preguntó una voz femenina. Emma estaba parada al pie de las escaleras mirándome con una sonrisa, a pesar de que se dirigía a Gareth.

-Hola Em.- me acerqué a saludar a la esposa de mi amigo. Emma me rodeó con sus delegados brazos a forma de saludo.- ¿Como has estado?

-No tan bien como tú.- me hizo un guiño.- Estas preciosa Lena.

-Las dos son preciosas.- Gareth se acercó a nosotras aún con Alba en brazos y le dio un corto beso a su esposa.- ¿Y Nava, amor?

-Esta arriba durmiendo.

Nava era la pequeña hija de Gareth. Tenía cinco meses y era la bebita más hermosa de todo el mundo, claro que hasta el momento solo había podido verla por Skype porque era la peor tía del mundo y no había venido a visitar a mis amigos desde que vinieron a vivir a España. Ellos siempre eran los que iban a pasar unos días a Londres conmigo.

-¿Puedo verla?- no me pude resistir a preguntar.- Por favor.- pedí alargando la o más de lo necesario.-Necesito conocer a esa preciosidad.

Emma y Gareth se miraron entre sí riendo y me llevaron escaleras arriba hasta la habitación de la pequeña Nava. Estuve a punto de babear en cuanto la vi, era tan mona como Alba y se veía tan tierna durmiendo que provocaba quedarse allí con ella horas solo viéndola dormir.

-Que nena tan preciosa.- murmuré enternecida.

-Hablando de eso...- Gareth miró a Emma y ella asintió con una sonrisa.- Estuvimos hablando y ya que no pudiste ser la madrina de Alba, pensamos que tal vez podrías ser la de Nava.

-¡Oh Dios claro que sí!- chillé lo más bajo que pude mirando emocionada a mis amigos.- ¿Como podría negarme? Pero, ¿Nava no debería tener una madrina ya?

-El bautizo será cuando cumpla el primer año. Desde un principio pensamos en ti.- me explico Emma mientras abandonabamos la habitación para dejar a la pequeña Nava descansar.- Íbamos a decírtelo por Skype, pero luego nos dijiste que te venías a Madrid y bueno, quisimos esperar para hacerte la pregunta.

-Aw, chicos, me van a hacer llorar.

-No por favor.- Gareth puso los ojos en blanco.- De verdad que no me apetece verte moqueando... ¡Auch!

Le saque la lengua a mi amigo y el me miró fingiendo dolor mientras se sobaba el brazo, donde yo acababa de darle un pequeño golpe.

Emma y Gareth me llevaron a la que sería mi habitación mientras me quedaba con ellos. Era bastante sencilla: una cama de matrimonio, una cómoda, unas mesas de noche a cada lado de la cama y un espacioso armario. Después de charlar un rato más los tres se retiraron -Alba se quejó bastante- para dejarme guardar mi ropa y descansar un poco.

A la mañana siguiente desperté gracias al sonido que hacia mi tripa. Me incorporé tallando mis ojos y luego miré la hora en mi celular. Eran las 7:15 am y el entrenamiento de Gareth comenzaría a las 9. Ayer después de cenar me había quedado un rato hablando con Gareth mientras Emma llevaba a Alba a tomar un baño. Habíamos acordado salir de casa a las 8:15 ya que La Finca se encontraba un poco lejos de Valdebebas, así que disponía de una hora para alistarme.

M O N C H É R I |k.b.9|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora