Nombres de bebés

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Primer y único proyecto de la clase de valores que de verdad iba a tener un valor en la calificación. Fingir que eres padre de un muñeco de plástico.

La maestra Melisa, una mujer joven un poco regordeta y muy parlanchina, nos había dejado hacer otro proyecto en octubre, debíamos crear un pequeño negocio y las ganancias irían a una asociación para niños especiales, pero muchos tuvieron dificultades con su proyecto emprendedor, así que al final Melisa sólo nos pidió el dinero y los jefes de grupo pasamos medio día conociendo y ayudando a niños especiales.

-Pero maestra, tenemos quince y catorce años ¿Por qué tenemos que aprender a ser padres? – Ángela no quería cuidar nada más que a su celular.

-Te sorprendería la cantidad de padres de esas edades, Ángy. Y bueno, como se supone que ustedes deciden con quién tienen relaciones, pueden elegir a su pareja. Si alguien quiere ser padre o madre soltero háganmelo saber.

Todos comenzaron a elegir a su pareja. Naturalmente yo quería a Zack, así que me levanté para ir a su lugar (Melisa nos había cambiado los lugares porque "no la dejábamos dar clase") y pude ver que él hacia lo mismo.

-Ale, ¿ya tienes pareja? –Ángel se interpuso en mi camino.

-Eh no, pero iba a...

-Digo, quería pedírselo a Regina, pero ella se lo pidió a Oscar primero. Así que ¿quieres ser mi pareja? –Estuve a punto de decirle que se lo iba a pedir a Zack, pero Fernanda tuvo la misma idea y Zack le dijo que sí. Ángel era un chico agradable y de bonito cabello rizado, Regina lo hundió en la friendzone desde que lo conoció.

-Claro.

-¡Ya fue suficiente! Todos regresen a sus lugares. – gritó Melisa para hacerse oír entre nuestro ruido.

Todos regresamos a nuestros lugares y me di cuenta de que Ángel se sentaba a mi izquierda, sí que había sido rápido para alcanzarme.

-Pónganse de acuerdo con sus parejas para conseguir al bebé, la pañalera, ropa, y todo lo que necesiten, también ustedes decidirán los horarios en que se turnaran para cuidarlos. –Ángela levanto la mano –Ya no quiero más quejas Angy, agradece que no conseguí los muñecos que lloran y hacen popo. –Ángela bajo su mano de inmediato. –Lo quiero para el lunes, a partir de entonces se volverán padres un mes

Todos volvieron a los murmullos.

-Creo que yo tengo un bebé de plástico y la carriola. –comencé a decirle a Ángel

-Ok, yo puedo conseguir la ropa y los juguetes de mi sobrina, ya cumplió un año, así que tal vez a nuestro bebé le quede la ropa de recién nacido.

-Perfecto.


Esa tarde mientras esperábamos a Emma para el ensayo, las chicas de tercero no hablaban de otra cosa que no fuera el proyecto de los bebés. Yo leía un libro que Celia me había prestado, una comedia romántica bestseller en la que los protagonistas se conocieron a causa del cáncer, iban a sacar la película en julio y todas mis amigas estaban locas al respecto, así que decidí leerlo. A mi lado Mérida estaba releyendo toda la saga de Harry Potter, algo sobre una apuesta.

-¿Y el tuyo, Ale? –me preguntó Fernanda

-¿Qué?

-¿Qué es tu bebé? Niño o niña ¿y cómo se va a llamar?

-Ah no lo sé. Ángel y yo no lo hemos hablado.

-Zack me dejó elegir – Aja y ¿quién te preguntó? –Va a ser niña, pero aún no me decido por el nombre. Tú qué opinas ¿Emilie o Kary?

Estuve a punto de soltar una carcajada y en mi intento por contenerla puse el libro frente a mi boca y terminó saliendo un ruido raro, traté de disimularlo tosiendo.

-A Zack le gusta el nombre de Kary –dije recuperándome de mi tos.

-¿De verdad? –Fernanda me miró como si le hubiera dado la cura para el cáncer.

-Sí, siempre le ha gustado.

-Kary Villot. Qué lindo suela –casi podía escuchar a Zack con un ataque de rabia dondequiera que estuviera. –Y hablando de Villot. Tú lo conoces bien ¿verdad, Ale?

-Sí. Es mi mejor amigo. –Lo siento Adrián, pero quiero que seamos más que mejores amigos.

-Ah, entonces no hay nada entre ustedes. No están quedando ni nada.

-Iugh, no. Zack es como mi primo, lo conozco de toda la vida. –La sonrisa de Fernanda se volvió demasiado grande para su cara.

-Ok, tranquila. Sólo quería asegurarme de que no me interponía entre ustedes.

Espera ¿¡QUÉ?!

-Creí que tú y Ethan tenían algo.

-Yo también creía eso. Pero después de todo lo que paso con Carlos y que nos cambiaron de clases por eso... en fin, lo mejor fue dejarlo como amigos. Y aquí entre nosotras, Zack es el chico más codiciado de nuestra generación, pero nadie daba el siguiente paso porque todos creen que hay algo entre ustedes. Que bien que no es así.

-Espera... ¿por qué todos creen eso?

-Pues porque están todo el tiempo juntos, tontita. A demás, Aylin había dicho algo a principio de año. Pero no importa, ¿te parece bien que quiera salir con él? Es decir, él tiene que decir que sí, pero tú podrías darme, ya sabes, el visto bueno ¿verdad?

-Ammm, claro. Digo, haré lo que pueda.

-¡Gracias!

Se levantó de un salto y regresó con sus amigas.

¿Qué se creía esa resbalosa? Carlos la había terminado porque lo engañó con Ethan. Todo el mundo lo sabía. ¿Y ahora quería salir con Zack? Si esa... esa perra creía que le iba a permitir acercarse a mi Zack, estaba muy equivocada.


Chocolate AmargoWhere stories live. Discover now