Capítulo 08

1.1K 106 18
                                    

Fue un roce que me hizo sentir mucho más de lo que Francisco me había hecho sentir hace años. Sin duda amaba con todas mis fuerzas a Sebastián, me separo poco a poco, acaricio su copete sonriéndole hasta volver a acercarme y cuando estoy cerca veo que abre sus ojos, me sobresalto asustada.

Ainhoa: ¿Sebastián? – Dice nerviosa, emocionada, confundida

Sebastián: ¿Estoy en el cielo? – Dice mirándome y me quedo perdida por escuchar por primera vez su voz - ¿Es usted un ángel?

Ainhoa: ¡No! – Dije nerviosa – Soy tu Dra.

Sebastián: ¿Dra.? – Dice sonriendo - ¿Por qué es mi Dra.?

Ainhoa: Por tu enfermedad y porque estabas en coma ¿No recuerdas?

Sebastián: Si – Dice pensativo – Recuerdo que iba detrás de Sandra y sentí un auto que venía hacia mi

Ainhoa: ¿No recuerdas nada más?

Sebastián: Mi enfermedad – Dijo angustiado - ¿Mi madre lo sabe?

Ainhoa: Si – Dije mirándolo

Sebastián: ¡No puede ser!

Ainhoa: ¿Por qué no puede ser?

Sebastián: No quería que se enterara – Dice preocupado

Ainhoa: Ya lo sabe

Sebastián: Es usted muy hermosa – Dice divertido y me sonrojo

Ainhoa: Gracias – Dije tratando de no mirarlo

Sebastián: ¿Cómo te llamas?

Ainhoa: Ainhoa – Me mira sorprendido

Sebastián: ¿Ainhoa? – Dice sorprendido

Ainhoa: Si ¿Por qué? – Pregunto nerviosa

Sebastián: Es que es un lindo nombre – Dice mirándome fijamente

Ainhoa: Voy por el neurólogo para que te revise – Me toma de la mano y una corriente entra por todo mi cuerpo

Sebastián: Espere – Me mira apenado - ¿Me ayudaría a ir al baño?

Ainhoa: ¿Yo? – Dije apenada

Sebastián: Si – Me mira sonriendo – No puedo – Dice apenado

Ainhoa: Está bien – Lo ayudo a levantarse

Sebastián: Ay – Se queja y se aferra a mi abrazándome

Ainhoa: ¿Está bien? – Pregunte preocupada

Sebastián: Si, solo que no puedo apoyar mis piernas

Ainhoa: Apóyate en mi – Pasa su mano por detrás de mi cuello y me aferra a él

Sebastián: Gracias – Dice mientras caminamos hasta el baño

Ainhoa: Lo esperaré aquí

Sebastián: Está bien – Entra

Mi corazón latía desenfrenadamente y sentía una fuerte emoción en mi pecho, mientras mi mente repetía "Por fin despertó" Lo espere afuera del baño hasta que salió, lo ayude a volver a la cama pero en eso el me jala sin querer quedando a pocos centímetros de sus labios. Mi vista se clavó en sus labios pero reaccione a tiempo y me separé.

Ainhoa: ¿Necesita algo más? – Dije nerviosa

Sebastián: Nada, gracias Dra. Ainhoa – Dice mirándome con una sonrisa

Enamorada de mi paciente [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora