50. Capítulo Final

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Días después...

El día de la boda había llegado. Luego de muchas peleas, fueron ellos los que decidieron el lugar de la boda. La cabaña, el lugar donde se juraron amor eterno. Allí se celebrarían las dos ceremonias. Sebastián estaba junto al juez con un espectacular traje negro, acompañado de una camisa blanca y su moño negro. Más el ramito que escogieron las madres en el bolsillo. Recién se afeitó, lo cuál lo hacía ver precioso, conjunto con sus hermosos ojos color miel resplandecían más que nunca y los nervios eran notorios. Alguna que otras veces juntaba sus manos sudorosas.

Al ver llegar a su amada, su corazón se aceleró puesto que traía un vestido espectacular, sencillo como su alma. Sin embargo la hacía ver realmente hermosa, ya con su vientre que apenas comenzaba a notarse. Tenía un peinado sencillo y maquillaje ligero. Dejando resplandecer aquella mirada que enloqueció a su amado desde el día en que lo conoció. Ella venía de la mano de Federico y su madre Diana.

Sebastián: Que hermosa está - Susurra

La ceremonia por el civil transcurrió rápido, ahora la marcha nupcial resonaba mientras la novia entraba a la capilla que fue testigo de dolor, alegría y el amor verdadero. Todos estaban felices, contentos sin duda para ellos era el día más feliz de su vida. Posteriormente después que entregaran a la novia, donde Sebastián y Ainhoa se miraban con felicidad, a la vez que el Padre Pedro, otro que escogieron los novios. El padre que daba las misas en aquella capilla.

Pedro: Habéis venido aquí hermanos, para que Dios garantice con su sello vuestro amor, ante el pueblo de Dios congregado y presidido por su ministro

Un día fuisteis consagrados en el Bautismo; hoy, con un nuevo sacramento, Cristo va a bendecir vuestro amor, y os enriquecerá y os dará fuerza, para que os guardéis siempre mutua fidelidad y os podáis cumplir siempre vuestra misión de casados. Por tanto, ante esta asamblea, os pregunto sobre vuestra intención ¿Venid a contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?

....: Si, venimos libremente - Contestan al unísono

Pedro: ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente durante toda la vida?

...: Si, estamos decididos

La ceremonia transcurrió tranquilamente, en la cuales los padrinos de bodas eran sus grandes amigos, Rodrigo y Mariana. Quienes mejor que ellos, los cuáles los ayudaron hasta el final para estar juntos.

Pedro: Así, pues, ya que queréis contraer Santo Matrimonio, unid vuestras manos y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su iglesia.

Sebastián: Yo Sebastián Fernán te quiero a ti Ainhoa Beldad como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. - Coloca su anillo

Ainhoa: Yo Ainhoa Beldad te quiero a ti Sebastián Fernán, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida - Coloca también su anillo

La ceremonia transcurrió rápidamente, los novios salían contentos de aquella capilla testigo de uno de los más puros amores. Ese amor que fue sufrido, benigno, sin envidia, paciente y benévolo. Sin exigir nada y lo más importante la actitud positiva ante cualquier circunstancia. Porque el amor no deja de ser, ellos se amaban de verdad y sería imposible que ese sentimiento se esfumara.

Ya les tocaba ser felices, habían soportado, dolor, amor, peleas y la lección por fin la aprendieron. Que el amor no es depender de la persona, porque algún día esa persona abandonaría el mundo. Es poder vivir con el recuerdo, no obstante la vida los premió con vivir su amor.

Enamorada de mi paciente [EDITANDO]Место, где живут истории. Откройте их для себя