MIKE

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ADDISON

¿Pero que le pasa? ¿Este tiene un problema con el espacio personal?

-Mmm..., está bien... -Sonrío y le pongo la mano en el pecho para alejarlo de mí. -Encantada y alagada por tus bellas palabras, debo decir que te apartes. -Sonrío con sarcasmo, algo que él parece pillar, y atónito, me mira. ¡Oh no, una chica no ha sucumbido a sus encantos!

No ruedes los ojos, no ruedes los ojos.

-¿Está tu hermano? -Pregunta de repente cambiando totalmente de tono.

¿Pero a este qué le pasa? ¿Se supone que es bipolar o algo?

-Para que lo quieres. ¿Puedo saberlo? -Me cruzo de brazos por debajo de los pechos, tapándome un poco más al ver que me los mira.

En serio que me gustaría rompérselos.

-Vas muy provocativa. -Dice con una media sonrisa pícara. -Tu hermano... Creo que es tu hermano. -Se corrige. -Es mi amigo, por así decirlo.

-No es mi hermano, es mi novio y no quiero que se vea con otros. -Afirmo de repente, haciendo que él ría - Y si voy tan provocativa no me mires. - Él, al oir esto solo sonríe se adentra un poco más en mi pequeña casa. -¿A dónde te crees que vas? -Le digo empujándolo hacia la puerta.

-No me vuelvas a hacer eso. -Me advierte con tono frio y calmado.

Vuelvo a poner una mano sobre él y le empujo cuidadosamente.

Rápido me coge de la muñeca y con un golpe, no muy suave, me empuja y acorrala contra la pared.

-Me haces daño. -Le explico, pero aún así no se aparta. Él sujeta con fuerza mi brazo contra mi pecho mientras poco a poco se acerca más a mí, alzando una mano. Yo ante este gesto, me estremezco y aparto la mirada.

-No te voy a hacer nada. -Me dice al oído, mientras coloca un mechón de pelo rebelde tras mi oreja. ¿A todos los tíos les gusta hacer eso o solo es un fetiche de los que me encuentro? - Aún. -Añade y yo no puedo evitar ver como se humedece los labios. -¿Ahora me dirás donde está tú hermano? -¿Me intenta seducir? Dios sabe que lo está haciendo, pero yo simplemente niego con la cabeza.

-No sin antes decirme quien eres. -Lo miro a los ojos, esos ojos que se cuento me analizan.

-Puedes ser muy persistente, ¿verdad? -Dice sonriendo -Tienes que saber que yo también. -Rápidamente su cuerpo se junta aún mas al mío y mientras su boca dibuja un trazo de pequeños besos por mi cuello que él me está dando a saber porqué, la boca se me seca. Esto está considerado acoso sexual. Pero no puedo apartarme. - ¿Y bien? ¿Me lo dirás ahora? -Vuelvo a negar, y aún sigo luchando conmigo misma por querer que siga o pare. Demonios, ¿seré masoquista? - Está bien. -Suspira y se aparta -Me llamo Mike y soy nuevo en este instituto,¿contenta?

No se que es lo que siento. ¿En serio me ha pasado esto? Una parte de mí quiere que vuelva a hacerlo, y me odio por eso. Pero una parte aún mayor, la racional, odia que lo halla hecho.

Fuerzo una sonrisa. Él me mira con cara de desprecio. ¿Es él el que me mira así a mí? Espera un momento... Y de pronto me doy cuenta. ¡ES ÉL!

-¡Ya me acuerdo de ti! -Grito y él ladea confundido la cabeza -Nos chocamos hoy en el pasillo. -Le recuerdo.

-¿Mocosa? Eres más sexy de lo que vi en el pasillo. - Explica.

-Te lo dije antes y te lo digo ahora ¡No soy ninguna mocosa! Solo tengo un año menos que tú, y no me digas que soy sexy. Realmente eres molesto.- Digo enumerando con mis dedos.