MIKE

CAPÍTULO 5

ADDISON

No puedo sencillamente taparme con esta diminuta tela cubriendo mi cuerpo, juraría que Mike puede verme hasta el alma.

Estamos quietos, él mirándome desde la cama y yo mirándolo desde la puerta. Está guapísimo. Lleva distinta ropa.
Mientras tanto James nos observa totalmente confuso sin saber muy bien como debe actuar. Su mirada se enfoca en mi, en Mike y otra vez en mi.

—Ehh... Sully creo que deberías ir a vestirte —Dice James poniéndose delante de mi para así cubrirme de Mike. —Vas a coger un resfriado —Yo asiento saliendo por la puerta; y él me sigue.

Suspiro —Gracias, me he quedado totalmente bloqueada —Le digo ofreciéndole una amplia sonrisa de alivio.

—No es nada...

—¿Pero...?

Vuelve a suspirar —Sully, no quiero hacerte daño y lo sabes, pero deberías alejarte de él —dice tocando sus dedos.

—¿Como? ¿Por qué? —Todo el mundo me dice que lo olvide o me aleje, todos me dicen que debo hacer, hasta el propio Mike, pero ¿No comprenden que no es así de sencillo? Se me a calado en la piel y en los huesos y no es tan sencillo de sacar.

—Sully yo... —intenta agarrarme de la muñeca, pero yo bruscamente la aparto.

—¡No James!¡No me digas Sully! —le miro fijamente —No es el momento.
(...)

Años atrás en halloween no hacia otra cosa mas que
disfrazarme. Mientras que todos los niños se vestían de brujas, vampiros, esqueletos u hombres lobo; yo me vestía de Sully. Así es Sully de monstruos S.A.
Tan fascinada quede con esa película que ahora mismo me sigue encantando. Tuve mi disfraz de aquel monstruo durante años. Siempre comenzaba a ponérmelo la semana de halloween e iba a todos sitio con él. Papá me decía que era su pequeña monstruo y siempre fingía estar aterrado de mi.
Lo hecho de menos.

—¡Addison, no es bueno para ti! —me grita James sacándome de mis recuerdos.

Reacciono todo lo rápido que puedo —¡Tú no vas a decirme de quien me puedo ENAMORAR! —grito antes de analizar las palabras que salen de mi. Como acto reflejo me tapo la boca, sabiendo que las palabras ya salieron, mis ojos se dirigen hasta James que con los ojos como platos mira detrás de mi.

Tengo miedo, aunque ya se que es lo que me encontraré cuando me de la vuelta, sigo aterrada. No puedo evitarlo, mi subconsciente a hablado. Mike tenía toda la razón, estoy loca, pero no por lo que él se imaginaba. Me he enamorado de un completo extraño. Es razón de más para ser una psicópata.

—Yo... —musito en casi un susurro girándome sin ni siquiera mirarle a los ojos.

Él levanta una mano, para hacer que me calle. Lo hago.

—¿Puedes dejarnos solos? —le pide a James, que con recelo lo mira, pero finalmente asiente.

—Gracias...—le digo en un susurro a mi sobre protector hermano.

Tarda unos minutos, pero James vuelve; esta vez con un albornoz en las manos.

—No quiero que estés así delante de él-fulmina a Mike con una mirada que no consigo descifrar del todo.

Me pongo el suave albornoz negro encima de la toalla y James se marcha; esta vez para no volver interrumpir.

Mike me analiza. Tengo la sensación que es totalmente capaz de verme en cuerpo y alma. Y eso es terriblemente malo. Puede ver que estoy vacía.

Deslizo la toalla por mis piernas y la dejo caer a mis pies. Veo como Mike observa detalladamente como esta se arruga, y mis piernas de vuelven gelatina mientras veo como sus pupilas se agrandan, casi quedando completamente negras.

—No puedo... —musita sin dejar de mirar la toalla.

—¿No puedes? —digo confundida, aunque siento que ya se su respuesta.

—Esto...esto no es bueno para ti —dice aún cabizbajo.

—¿Qué es esto Mike? —lo presiono.

—¡Esto! —dice mirándome directamente a los ojos, señalando el espacio entre nosotros.

—No lo entiendo... — le soy sincera —Se lo que has oído, pero...

—¡No! —grita frenético —¡¿Crees que no me gustas? !Por que no es así! ¿Crees que no tengo ganas de besarte? —agita las manos añadiendo más dramatismo.

—¡Entonces por qué no lo haces! —digo cabreada no sé muy bien porque.

—¡Joder, por que no puedo! —le da un puñetazo a la pared y yo me sobresalto.

—¿Por qué? ¿Es por mi? —digo con la vista nublada, rogándole al completo extraño, que me ha robado la vida.

—No llores...Por favor —me ruega — Claro que no es por ti. ¿No me has oído antes? Te deseo, te deseo con toda mi alma —al oír sus palabras una pizca de esperanza se forma en mi interior.

—No lo entiendo... —Digo dejando escapar unas cuántas lágrima —No te entiendo —doy un paso hacia él y a la vez él retrocede otro; pegándose contra la pared.

—No soy bueno para ti —dice mientras observo sus eléctricos ojos cristalizarse, reteniendo las lágrimas acumuladas.

—Es irónico —río sarcásticamente y él me mira confundido —Siento que eres el único bueno para mi —entonces una lágrima rebelde resbala por su mejilla.

—Mi trabajo... —dice dirigiéndose hacia las escaleras, pero yo lo agarro de la muñeca y tiro de él pegando sus labios contra los míos.

No es forzado, sé que quería hacerlo. Como yo esperaba, no es para nada suave.

Pega su cuerpo al mío, besando las comisuras de mis labios y llevando sus manos a mis caderas. Me acorrala contra la pared. Lo ha vuelto a hacer; me a vuelto a arrinconar y me encanta. Con suaves contoneos hago círculos sobre sus caderas, él baja poco a poco besando y mordiendo cada parte de mi cuello. Yo le agarro del pelo y tiro con fuerza haciéndole gemir en mi boca. Mi nuevo sonido favorito. Sin dejar de besarme hace que me suba encima suya, cruzando mis piernas por su espalda, puedo sentir su cálida respiración en mi oreja cuando se lleva mi lóbulo a la boca y me lo muerde suavemente. Haciéndome gemir esta vez a mi. Ahora confío más en mí y no me siento tan vacía y me encanta. Su beso es cálido, y entre beso y beso muerde mi labio inferior provocándome grandes escalofríos por todo el cuerpo. Por un instante se aparta, y de nuevo me siento vacía hasta que vuelve a pegarse aún más a mi.

—Te deseo tanto... —dice con tono de tristeza y remordimiento que me parte el alma —Pero...

—Calla... —le susurro al oído mientras beso su cuello suavemente.

—No... —me aparta de él y un terrible fuego emana de mi.

—Mike —intento acercarme pero se aleja.

—No debería pasar —dicho esto con mi corazón aún en sus manos baja a toda prisa, saliendo de mi vida dando un portazo.

(...)

Estoy tumbada en mi cama, han pasado tres horas desde que se fue.

Mamá ya a vuelto y a intentado animarme, pero de nada a servido. Ese chico misterioso se ha ido y llevado mi corazón con él. Y es imposible recuperarlo.

James a intentado ir tras él, después de volverme a repetir lo tonta que he sido por darle la satisfacción de destrozarme. Yo le he negado rotundamente la idea de usar la violencia. Aunque sé que de nada servirá.

Nada más volver a mi ser y así poder pensar y llorar más, le pregunté a James si sabía del trabajo de Mike. Él solo me contestó que no debería saberlo.

Yo solo sé, que todo el mundo piensa que es lo mejor que debería saber y que no.

A las doce y media por fin dejo de llorar. Por lo tanto puedo volver a dormir.

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¡Pobre Addison!

¡Estúpido y sexy...digo estúpido Mike!

No me juzguen es que si es sexy... :'(

Nos leeremos mas tarde...