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–No pienso seguir siendo tu amante –la voz del castaño se escuchó segura.

El de cabello canoso soltó una sonora carcajada. Se estaba burlando de Seok Jin. Y eso solo le hizo enfurecer.

-Tú sin mí, no eres nada, maldita zorra.

Seok Jin rodó los ojos y sonrió de lado.

-Soy más de lo que creo, y crees. Es por eso que ya no quiero estar contigo.

El rostro del mayor cambió por completo.

-Pero yo te lo doy todo.

Seok Jin negó.

-No me das lo que quiero.

-¿Y qué quieres? ¿Amor?

-No. Bueno, quizá sí. Pero no el tuyo, porque ni siquiera tienes.

El mayor se acercó amenazante al castaño, pero éste no se inmutó. Ya no le tenía miedo.

-No te quedarás aquí. Este apartamento lo compre yo.

Seok Jin volvió a reír, burlándose del hombre.

-Ya me las arreglaré.

-El auto...

-No puedes quitármelo. Ese lo compré yo con mi dinero.

-Las tarjetas de crédito...

-Están en la mesa junto a la puerta, puedes tomarlas cuando te vayas.

Seok Jin se giró, dándole la espalda al hombre de cabello canoso, éste lo miró con rabia y sin pensarlo se lanzó contra el castaño, tomándolo del cabello y girándolo para besarlo. Seok Jin sintió asco, como tantas veces en el pasado lo sintió cuando lo tocaba.

Juntó fuerzas y empujó al hombre, escupió en dirección del mayor y limpio su boca. La única diferencia, era que ya no era un cobarde y podía enfrentarse a ese ser tan asqueroso.

-En tu jodida vida me vuelvas a tocar –amenazó Seok Jin.

-¿Hay otro? Es eso, ¿no? Tienes a otro puto hombre metido en las piernas.

Seok Jin rio, rodando los ojos.

-No lo tengo y si lo tuviera, ya no te importa.

-Dime qué te da. ¿Más dinero? ¿Más lujos? ¡¿Qué mierda te da?!

-¡Me da placer! –gritó Seok Jin, dejando perplejo al hombre de canas.

-Yo también te lo doy –dijo el hombre muy seguro.

Seok Jin se echó a reír, rio tanto que algunas lágrimas comenzaron a salir por sus ojos.

-Los últimos años no, Seung-Ho.

El mayor le miró confundido.

-Resulta que, en los dos últimos años, tardabas más tratando de excitarme que corriéndote dentro de mí.

Seung-Ho abrió los ojos, entre sorprendido y enojado.

-Eres una maldi...

-Lo sé, una maldita zorra. Pero tus palabras ya no me duelen, ¿y sabes por qué?

Seung-Ho negó con la cabeza y Seok Jin sonrió victorioso.

-Porque me di cuenta de que no te quiero.

† 𝓣𝓱𝓮 𝓑𝓲𝓻𝓭𝓼  †  [NamJin † Book #1]Where stories live. Discover now