Verdad

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Emma se despertó muy temprano. A su lado derecho, podía sentir el peso de Regina sobre ella. Sonrió dulcemente antes de deslizarse, como una anguila, de los brazos de la bella morena que no se movió.

Se puso una bata y bajó, sorprendida al ver que los niños ya estaban levantados, desayunando tranquilamente.

«Hey, ¿qué tal? ¿Habéis dormido bien?»

«Sí...Mamá volvió tarde...»

«Sí. Ella aún duerme...Hoy vamos a acompañarla al despacho, ¿os parece?»

«Ehu...yo...»

«¿Sí?»

El muchacho parecía incómodo

«Quería saber si puedo ir a casa de Grace»

«¿La hija de Jefferson?»

«Ella hace una pequeña fiesta esta tarde con algunos compañeros de clase»

«¿Y me lo dices ahora?»

«No, se lo dije a mamá hace dos días»

«Oh...no me ha dicho nada. De todas maneras hemos estado demasiado ocupadas últimamente...»

«Entonces, ¿puedo?»

«Bah...No veo por qué te lo impediría. Te llevaré después»

«¡Gracias!»

Henry subió a su habitación, dispuesto a ponerse guapo, mientras que Alice se acababa despacio su bol de cereales. Emma fue a ponerse una taza de café y se sentó al lado de la niña, en el lugar que había dejado Henry

«Y tú, ¿no te han invitado?»

«...»

«Ah...»

«Lo he rechazado»

«¿Por qué?»

«Quería pasar tiempo con Regina»

«Oh...»

«Pero ahora va a estar muy ocupada para estar conmigo»

«Hey, no te preocupes, estoy en el mismo barco que tú, a mí también me habría gustado tener a Regina para mí...»

«¿Ella es feliz ahora?»

«Eso espero» dijo ella con una sonrisa tranquilizadora

Algunos minutos más tarde, Regina hizo su aparición, los cabellos revueltos y con cara visiblemente aún dormida y sin embargo, Emma nunca la había encontrado tan deseable

«Hey, buenos días, bella durmiente»

«Hm...café...» murmuró ella

Emma sonrió y miró a Alice: las dos comenzaban a conocer bien a la bella morena y a saber que no empezaba bien la mañana sin una buen taza de café fuerte. Emma se levantó y le tendió una taza llena que Regina aceptó con agrado.

«Como le decía a Alice, hoy, te vamos a ayudar a mudarte al despacho. ¿Te parece?»

«Mucho»

«¿Te vas a ocupar de la fiesta de las flores?»

«Precisamente, ya he comenzado desde ayer por la noche»

«¿En serio?» dijo Emma, llena de esperanza

«Sí. Todos parecían entusiastas y dispuestos a decorar el pueblo, los comercios, las calles...Así como la sala de reunión del ayuntamiento para el baile»

Nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora