«La verdad se esconde en los ojos del culpable»
Un misterio por resolver, pistas que seguir. Todos parecen ser inocentes más entre ellos se esconde el culpable. El lobo con piel de oveja, asechando silenciosamente.
Tres sospechosos:
Aquellos que se...
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En el presente (Tae)
Tomé mi celular y vi que tenía 180 mensajes nuevos sin abrir, la mayoría de ellos eran de los chicos. Sabía que estaban preocupados por mí, pero en ese momento solo tenía ganas de hablar con uno de ellos.
Marqué su número y esperé nervioso por el silencio del otro lado.
—Jungkookie, ¿podríamos salir a dar un paseo? — pregunté, finalmente pude escuché la voz emocionada del moreno al otro lado de la línea.
— ¡¿Taehyung?!, ¡Al fin contestas! — luego de una reprimenda de su parte, aceptó salir y prometió llegar a mi casa en un minuto.
Sonreí al escuchar su voz. Lo extrañaba y sabía que él también estaba pasando por un momento difícil. Después de todo, él también era mi amigo.
Me levanté de la cama y me dirigí al baño, necesitaba salir de esa casa y despejar mi mente, y sabía que Kook sería una buena compañía.
Una vez que estuve más presentable, bajé las escaleras y encontré a mi madre leyendo un libro en la sala, me miró sorprendida.
—¡Dios mío, Taehyung! ¿Te encuentras bien, cariño? — preguntó con preocupación. Asentí con la cabeza — ¿Quieres algo de comer? No has comido en días — agregó.
—No tengo hambre — murmuré y mi madre me miró con tristeza pero asintió.
—Tae... si se trata de Jim-...— intentó decir mi madre, pero la interrumpí gritando.
—¡Mamá! Deja de nombrarlo — exclamé — Él se ha ido, no va a volver, lo entiendo — mi voz tembló.
—Cariño, la gente que amamos nunca se va, siempre nos acompañan, aunque tal vez no de la forma que uno desearía — me dijo con comprensión y cariño en sus ojos.
Pero mis sentimientos negativos eran más fuertes que yo, no podía aceptar sus palabras porque aún no podía superar el hecho de que él ya no estaba con nosotros.
—Bueno, Jimin no — contesté molesto.— ¡Él está muerto!
Le di la espalda y salí de casa, dando un portazo. Me sentí terrible por tratar a mi madre de esa forma, pero no podía entender su positivismo en ese momento. Estaba perdido en mis pensamientos cuando un ruido me sacó de ellos.
Allí estaba Jungkook, quien acababa de salir de su auto. Se había quedado quieto observándome y ver sus enormes ojos de bambi mirándome de esa forma rompió la última de mis defensas.
