Capitulo 6

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Pasaron los meses desde que me divorcie y mi historia con Nick avanzaba cada vez mas y el amor que sentia por el no lo habia experimentado jamas.

El creia firmemente en mi y mi autoestima crecia mas por eso mismo.

Solo faltaba que yo misma creyera en lo que el decia.

Que aquellas palabras penetraran en mi para identificarme con ellas, dejar de sentir que se las estuviera diciendo a otra persona o que tuviera una idea diferente de mi y que no me conociera realmente.

En ningun momento me plantee el hecho de quien tuviera una vision distorcionada de mi por completo, yo se quien soy, o sea, nadie.

Para cualquier halago, siempre llevaba una especie de impermeable, donde me resbalaba todo. Sin embargo para lo malo, siempre era una verdadera esponja, eso si lo creia profundamente. Cuando me mencionaban la palabra "fracaso" ahí era donde encontraba mi verdadera identidad, la palabra "éxito" me parecia lejana porque era para los que habian nacido asi, exitosos...

Poco sabia yo de ser éxito o fracaso, eran sustantivos que elegia yo y no los demas. Los demas deberian tener el trabajo suficiente, para encauzar sus vidas como para que molesten a los demas en su alrededor.

Y si no era asi, lastima por ellos. Poca vida propia e interior poseian entonces.

Tenia gracia como enfocaban al éxito, las diferentes personas que me rodeaban. Mi madre me consideraba exitosa si es que mantenia que la casa estuviera impecable, lo demas no le importaba, ella pensaba que si mantenia la casa en orden, mis pensamientos tambien lo estarian. Le hubiese encantado que tuviera un gran sueldo pero no, su fijacion era la casa. Y siempre me perseguia por eso, la casa era enorme, jamas podria terminar de trabajar en ella.

Me perseguía constantemente para que pusiera lavadoras, para que fregara, hiciera camas y un montón de cosas que había que hacer.

Pero no podía basar mi vida en todo eso.

Sabía que mi punto de atención no debía estar solo en el orden y en jugar a "la cocinita". La casa debía arreglarse en un santiamén, para intentar convertirme en lo que verdaderamente era, que solamente Nick parecía saber.

Mi padre en cambio veía el triunfo totalmente distinto. Para él consistía en estar fuera de casa y tener un trabajo de lo que fuera, asi me gustara o no, no importaba. Lo importante era estar en el mundo laboral, porque si no... me consideraba un absoluto desastre. Una vaga sin remedio.

Era imposible hacerle entrar en razón sobre que las cosas imposibles, los sueños, aquello para lo que has nacido y tienes destreza, puedes llevarlo a cabo.

Decía que eso eran tonterías, distracciones para no enfrentarse al mundo real.

Sin embargo debo decir, que estaba pagándome las caras sesiones con el psicólogo que

antes me pagaba Ray.

La razón era que su gran ilusión hubiera sido que hubiera estado lo suficientemente

capacitada para llevar "una vida normal" y entrar en el mundo laboral en vez de ser una

inútil, coincidiendo totalmente con el pensamiento de mi ex suegra.

Y realmente, pensé que lo era, una fracasada total, porque era incapaz de ser como los

demás y concentrarme en una jornada de ocho horas como todo el mundo.

Pero ocho horas haciendo ¿qué? No estaba calificada para hacer nada.

Por más que le daba vueltas no conseguía visualizarme en ningún lugar.

No encajaba en ningún sitio.

Y mis sueños eran tan descabellados, que no me atrevía ni pensar en ellos.

Por lo tanto, había que asumir una realidad en la que era una auténtica inepta. Una

incompetente de pies a cabeza. No apta.

Miraba a los dentistas, felices de hacer lo que hacían.

A los fontaneros concentrados con su trabajo, suponiendo que estando bien. Por lo menos no parecían malhumorados.

El mensajero que nos trajo el libro que pidió mi madre por internet no parecía pasarlo mal. Tampoco es que diera saltos de felicidad, ni que tuviera una sonrisa radiante de oreja a oreja, pero estaba activo, con energía.

Pero lo mío era lo mismo que intentar convertirme en una gran cantante...Un sueño de locos. Ser una fotógrafa de élite... ¡por favor!

Por eso vivo con mi madre. Porque con el tema de los sueños era neutra. Ella decía

que si podía hacerlo que lo intentara.

No es que me dijera que pudiera lograrlo, y que era poseedora de grandes aptitudes para

ello, pero tampoco me negaba esa oportunidad. Simplemente, quería ver orden a su

alrededor. Limpieza, y después, ya hablaríamos de sueños, trabajos y de lo que fuera.

Y hablo de mis padres porque de ellos saqué mis creencias, y me opuse todo lo que pude

durante mi juventud hasta que me rendí, y empecé a caer en depresiones porque no me

adaptaba al mundo "real" del que me estaban hablando y dando a escoger. No había nada

que escoger para mí.

Separada de Raymond y sin ingresos de ningún tipo, lo cual volvía a depender de la opinión de mis padres, a pesar de ser mayor de edad.

La edad importaba poco. Era la situación la que mandaba. Sin libertad financiera, debía

tragar muchas cosas.

Nick en cambio me decía que aprovechara todos los ratos que pudiera para dedicárselo a la fotografía, porque era en la pasión donde radicaba el verdadero éxito. Era la única forma autentica de vivir. Que asumiera riesgos. Que todo valía la pena, con tal de conseguir ese objetivo.

Así que ya sabía lo que tenía que hacer: a limpiar la casa y a pulirla al máximo, y que mi madre no me viera con el ordenador retocando las fotografías que iba haciendo, en vez de estar limpiando. Puesto que la casa era muy grande y siempre había algo que hacer en ella.

El trabajo no se terminaba nunca y estar sentada era sinónimo de andar vagando, eso no, no soy una vaga.

Still Falling For You ---- NICK JONAS Y TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora