Capitulo 21 *FINAL*

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Siempre me pedía si podía tener a la niña, a pesar de que yo aún ni la había visto, y claro era recíproco porque ella también estaba loca por él. Y mi hermana, milagrosamente se apuntaba con ellos.

Habían formado un hermoso trío que ni en mis sueños más descabellados imaginé. Y dejaron de pelearse.

Mi padre ya creía en los sueños, porque creía en mí. Y eso hizo que también creyera en mi hermana. No quería volver a cometer los mismos errores de no confiar en el potencial de sus hijas.

Y mi hermana, al ver la confianza que le brindaba y el amor que sentía por Aileen, olvidó todo rencor por completo.

Cuando mi hermana vino a hacerme su primera visita acompañado por mi padre, realmente pensé que estaba en el cielo. Eso era de lo más impensable del mundo.

¿Pero qué había pasado? ¿qué me había perdido? ¿qué era lo que realmente lo estaba cambiando todo?

Mi teléfono estaba lleno de fotos de Nick. Fotos de todo tipo. Incluso llegué a ver más de Nick de lo necesario. Aunque yo no me quedaba corta, porque también tenía archivada cada foto mía que le había mandado...que vergüenza.

Nunca otro hombre que no fuera Raymond me había visto desnuda. ¿De dónde había sacado esa desfachatez? ¿Qué me había ocurrido?

Mis amigas poco a poco me fueron poniendo al corriente de todo lo que sucedió con Nick, pero en ningún momento pudieron profundizar lo más mínimo en lo que sentimos el uno por el otro, por más que hablaran y hablaran. Aunque lo más importante ocurrió al cabo de una semana cuando me preguntaron si estaba preparada para conocer por fin a mi hija. Y estaba más que preparada. Estaba ansiosa.

Mi padre abrió la puerta de la habitación y vi que llevaba cogida de la mano a la niña más hermosa que había visto jamás, dando pequeños pasitos.

Inmediatamente me incorporé de la cama, con los sueros colgándome del brazo y me agaché hasta su altura.

Ella me dedicó una gran sonrisa y me dijo: - ¡mami! Un besho! Besho!

Y se soltó de la mano de mi padre y vino a abrazarme mientras me besaba en la mejilla.

La conmoción fue demasiado fuerte. Me costaba respirar de la emoción y por supuesto, estaba hecha un mar de lágrimas.

Toda aquella sensación suicida desapareció fugazmente, y se transformó en amor y felicidad.

Aquel abrazo mágico me había curado de todo mal.

Observé que el rostro de la niña era idéntico al de las fotos que Nick me mandó. Era su viva imagen y ese hombre desconocido empezó a enternecerme.

Me dio pena que sintiera un amor tan profundo y que yo no fuera capaz de recordar para corresponderle. Me sentía muy halagada, porque era un hecho que todo lo que me estaba diciendo era cierto.

Al cabo de pocos días tuve la visita de Raymond. La verdad es que no le había echado de menos en mi estancia en el hospital; en absoluto. Y para mí era mi marido a quien hacía apenas unos días que no le había visto. Pero no sentía la necesidad de volver a hacerlo.

Vino sin su madre. Entonces...tendría que hablarme. Oír su voz dirigiéndose a mí, sonaría algo extraño, pero la verdad es que me emocionaba la idea de averiguar qué demonios venía a decirme.

- Hola ________. ¿Cómo estás? – pronunció nervioso ¡mirándome a los ojos! Cuanto milagro últimamente.

- Que sorpresa que hayas venido Raymond. No te esperaba. ¿A qué has venido? Por lo visto hace años que estamos separados. Hasta viviste con otra mujer, según me han contado. Pero no te salió bien ¿verdad?

Still Falling For You ---- NICK JONAS Y TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora