Still Falling For You ---- NICK JONAS Y TÚ

Capitulo 14

Eran las once de la noche y estaba en la cama leyendo, cuando de repente escuche una música en mi celular distinta, aunque conocida. ¿Por qué me suena? Pensé en apenas unos segundos. Mire en la pantalla y ponía Nick. Tuve que mirarlo fijamente dos veces para comprobar que estaba leyendo lo que estaba leyendo.

No me lo creía, en seguida vi que se corto y no me dio tiempo de contestar la llamada, vaya! Di por sentado que se había equivocado, pero volvió a sonar la misma música con su nombre.

- Nick? Eres tu?- pregunte incrédula.

- si, soy yo ¿Cómo estas mi amor? Como te sientes?

- bien gracias- le respondi completamente desconcertada por su tono cariñoso tan repentino, después de todo lo que me había ignorado...

Con un tono de excitación en su voz me dijo que se acordaba de mi todos los días, de los lugares en los que estuvimos, del numero de la habitación (que siendo sincera, yo lo había olvidado), de las cosas que compramos, de todos los sitios a donde fuimos.

- te amo, tu me amas todavía?

- siempre. No he dejado de hacerlo ni un solo segundo.

- uf! Que alivio- me dijo relajando su voz. – pero no se, te noto distinta, estas apagada. Que paso con tu brillo?

- tu me dejaste- le comente sin intención de reprocharle nada. – no haz querido saber nada de mi en todos estos meses y me he sentido muy mal.

- nunca te he dejado. Solo me aparte de ti por un problema de dinero y distancia. No sabía como saldar eso. No quería hacerte sufrir.

- y ahora sabes como saldarlo?- le pregunte sin entender porque había vuelto.

- no puedo olvidarme de ti ________. Eres la mujer de mi vida, ni un solo dia te olvido, nadie puede llenar ese vacio en mi alma, excepto tu.

- bueno, no tengo nada que reprocharte, me ayudaste mucho con mi separación y estoy haciendo grandes avances con mis retoques fotográficos, aunque aun no encuentro la chispa que quiero que tengan mis fotos

- te conozco bien ________. No se que es lo que haz hecho con tu cuerpo, pero lo hiciste, eso estoy seguro, puedes hacer con el lo que quieras. – me dijo poniéndose serio. – pero no vendas tu alma. Eres un ser luminoso. No puedes apagarte, no se como vivir nuestro amor, no tengo ni idea de cómo hacerlo.

- o sea que me haz querido todo este tiempo?- la respuesta podía cambiarlo todo.

- Te quiero siempre, siempre y para siempre. Pienso en ti cada día desde que te conocí.

Gracias por amarme tanto; y así...No olvides que eres mi gran TODO – dijo todo remarcando mucho esa palabra.

Se despidió de mí, dejándome una plenitud que solo él podía llenar.

No era un amor mental. Era un amor completamente espiritual. De lo más elevado e incomprensible.

Soy una persona racional; nunca pensé que algo así pudiera pasarme.

Pero aunque Nick hubiera aparecido en mi vida, no escribía todos los días. Lo hacía cada tres. A veces cada cinco. Nunca sabía si iba a volver a saber de él.

Tenía miedo a depender de mí. No sabía cómo vivir nuestro amor, según sus palabras. No tenía soluciones para el futuro. Se estaba enfocando en lo que todavía no había llegado, y lo que yo estaba intuyendo es que intentaba dejarme, pero no podía.

Y tenía una lucha, un conflicto en su interior. Cuando él siempre había sido un hombre práctico y sencillo, que eliminaba cualquier sufrimiento en cuestión de minutos. Pero de mí no podía deshacerse, y eso le desconcertaba totalmente.