Capítulo 4

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Como cada mañana, sonó mi despertador a las siete de la mañana. Y como siempre, le daba tal golpe que no sé como no lo he roto aún.

Hoy era el día que iba a ver a Dylan pero decidí no darle muchas vueltas a aquello.

Me levanté, fui al baño a lavarme la cara, me vestí y bajé a desayunar.

Una vez que he acabado de desayunar, me dirijo hacia mi habitación, cojo mi mochila, me hecho colonia y cojo el monedero. La mayoría de veces como en la Universidad porque si no, se me hace tarde para ir al trabajo.

Salgo de casa, me dirijo a la parada y cuando llega el bus enseño al chófer mi bono dejándome así pasar.

Llego a la universidad y como siempre, David me está esperando. Parece que hoy se ve mejor.

-¿Qué tal lo llevas?

-El sábado me fui de fiesta y me lié con una tía que chapó. Así que bien- dice orgulloso

Sabéis de esas veces que os gustaría gritarle a alguien en la cara lo TONTO que es pero te contienes por que en el fondo lo quieres. Pues esa era yo. No por celos, sino porque joder, los otros días lloraba cual persona que ve la muerte de Mufasa y ahora me viene con eso.

-Parece que se te ha pasado rápido la pequeña depresión que cogiste- digo rodando los ojos

-Hay que seguir adelante, Alexia. No puedo quedarme todos los días llorando y quejándome de nuestra ruptura- dice

-Ya, pero tío, liarte a los ¿5 días han pasado nada más? -dije pensativa- tanto no te ha tenido que afectar eh- dije mirándole

-Me ha afectado pero bah, llega un momento en que dices tienes que superarlo de alguna manera. ¿Y cuál es esa manera? Irte a una fiesta y ligarte a un pivón- dice sonriente

-Bueno, haz lo que creas. Pero no me vengas llorando en unos días de que te has enamorado bla bla y ella no quiere saber nada de ti- le dije

-¿Yo enamorarme? Alexia, es solo un lío de una noche. Yo ya no me voy a enamorar más- dice riéndose

-Bueno, ya veremos como acaba la historia- digo entrando a clase

Él no dijo nada y nos dirigimos simplemente a clase. Las cinco horas pasaron lentas, como se nota que queda ya menos para acabar.

Me dispongo a irme ya al trabajo hasta que noto que alguien me coge del brazo demasiado fuerte. Pensé que era David y me giré.

No era él, era una chica más bajita que yo, con ojos marrones y pelo castaño ondulado. No la conozco y no sé por qué hace esto.

-Perdona, me estás haciendo daño-me quejé

-Mira, te voy a ser clara. Aléjate de Dylan si no quieres sufrir. Porque lo harás si vuelves a acercarte a él.

-No sé de qué me hablas- esa soy yo intentando hacerme la dura.

-Si lo sabes, os he visto juntos hablando.

-¿Qué tiene eso de malo?

-Que él es mío así que no te acerques- dice acercándose a mi

-Ah, tú eres su novia ¿verdad?

Se quedó pensativa.

-No, pero lo seré en poco tiempo. Asi que no interfieras, perra.

¿Me ha llamado perra? Oh no, aquí se lía hoy.

-Cariño, aquí la única perra eres tú.

Oh si acababa de decirlo. Y si, me estaba cogiendo de los pelos.

-Suéltame, no te he hecho nada- gritaba para que la gente dejara de mirar sus móviles y ayudara, no quería morir.

Dos chicos nos ayudan a separarnos, y ella sigue gritando cosas que no llego a alcanzar por que se la llevan a una clase vacía.

-¿Estás bien?

-Si, muchas gracias- le sonrío

-Soy Alejandro

-Alexia, encantada.- Me dispongo a irme cuando de repente él me coge del brazo

-Será que mejor que antes te peines un poco- a lo que yo sonrío pero internamente ni gracia.

Una vez que he salido de las instalaciones, me dirijo a la cafetería mientras escucho a Ed Sheeran. Me relajaba bastante escucharlo.

No me acordaba que Dylan me iba a dar mi pulsera. Por unos momentos, me pongo ¿feliz?. Oh, oh. Esto no. No. Respiro y pienso en mis cosas mientas subo al bus y me pongo mis cascos.

-Alexia, que bien que has llegado ya. ¿Puedes atender a aquella mesa?

-Voy Erika

Me dirigí hacia la mesa y había tres chicas de unos 15 años.

-¿Qué vais a querer para tomar?

-Yo un puerto de Indias

-A mi tequila

-Para mi otro

Tendría que decirles que a menores de 18 años no se venden bebidas alcohol...

-Era broma, tráenos tres Choleck- ríen todas

Me dirigí a coger los batidos y cuando llegue a la mesa una chica me miro y me dijo

-Sentimos si te ha sentido mal la broma, pero te veíamos demasiado tensa. Disfruta de la vida un poco mujer

Sabrán lo que es disfrutar estas chiquillas si aún tendrían que estar jugando con las barbies o cuidando muñecas. O yo que sé.

-No os preocupéis, aquí tenéis la cuenta- dije. Pagaron entre todas y se fueron.

Me empecé a reír sola cuando se fueron, quizás sí que estaba tensa por lo que había ocurrido con aquella extraña chica y lo que iba a suceder ahora.

De repente, oigo la puerta abrirse, me giro instintivamente y allí estaba Dylan sonriente y con mi pulsera en la mano.

¡Aquí teneis el cuarto capítulo! Poco a poco nos acercamos más a lo interesante de la historia y os aseguro que os gustará muchísimo.

Nos vemos en el siguiente capítulo, gracias por esas 30 visitas :)

Historias CruzadasWhere stories live. Discover now