Toda la tarde transcurrió tranquila mientras Lay nos enseñaba a disparar con las armas que él había traído y también con las que habían encontrado Kim, Luhan, Kai y Mateo. Todos los revólveres eran diferentes, pero la que más me gustó y me adapté a ella fue la Beretta 93R.
Stephen al parecer estaba enojado conmigo, pero eso lo arreglaríamos en la noche estando solos.
Ahora que ya somos cuatro mujeres, entre todas terminamos más rápido de hacer la cena y ahora todos comimos a las ocho de la noche. Pero igualmente ahora que ya somos más, el baño lo terminamos de ocupar a las once. Lay, Mary y Lisa, por el momento ellos se alojaron en la sala con unas colchonetas para dormir. Luego de esas modificaciones, todo sigue igual en la casa, Stephen y yo alojados en una habitación y el resto del grupo en las otras dos.
—No te puedes enojar conmigo —le dije a mi novio mientras me vestía con un camisón para dormir.
—Muy tarde, mi reina —me contestó quitándose su camisa y lanzándola a la silla que había junto a la ventana.
—Tienes que dejar que experimente —le recalqué mientras me acostaba en la cama en posición fetal.
—Quiero tu seguridad —me volvió a recordar.
No dije nada y simplemente me mantuve observando cómo Stephen se quitaba el pantalón y lo reemplazaba por uno de pijama. Cómo todos los días, no se puso camisa, él suele dormir con el torso desnudo. Miré cómo lentamente se acercaba a la cama y después se sentó en la orilla izquierda.
—Deja de ser así —le pedí mientras gateaba hacia él y lo abrazaba por la espalda—. Sé que me amas y por eso quieres protegerme —susurré en su oído derecho—. Pero déjame ser capaz de defenderme por mi misma.
—Está bien —me respondió volteándose hacia mí y comenzando ha acostarme en la cama—. Pero estaré a tu lado en todo momento, porque eres mi responsabilidad —me dijo dándome pequeños besos en los labios mientras se acostaba sobre mí sin posar todo su peso.
—De acuerdo —le respondí abrazándolo por el cuello—. Te amo —murmuré en su oído para después besarlo en los labios.
—Yo también —me respondió bajándose de mi cuerpo y acostándose junto a mí.
Ambos nos acomodamos en la cama y nos arropamos con la cobijas, Stephen me abrazó por la cintura y yo me acurruqué en su pecho. Cerré los ojos y simplemente me dejé arrullar por los latidos de su corazón.
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Esta vez, a comparación de las demás mañanas, Stephen amaneció a mi lado mientras me acariciaba el cabello y me observaba detenidamente.
—Buenos días —me saludó con una sonrisa.
—Buenos días —le respondí estirándome lentamente.
Nos dimos un beso lento en los labios y después nos levantamos de la cama. Ambos nos vestimos con prendas limpias y bajamos hasta el primer piso para saludar a los demás.
—Buenos días —saludamos ambos a las personas que estaban sentadas en el comedor.
—Buenos días —nos saludaron todos.
—¿En dónde está Rich y Kai? —le pregunté a Kim.
—Rich sigue durmiendo —me respondió con una sonrisa.
—Kai está en el granero con Lisa y el bebé de Mary —me contestó Beagle con una sonrisa juguetona.
Rodé los ojos mientras sonreía y me dirigí a la cocina. Al entrar a ésta, me encontré con Mary y Fei preparando el desayuno.
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Expediente Z a
RandomUn día inesperado, también a la hora inesperada, con cientos de civiles merodeando por todo el mundo. Sin duda el peor día, ¿no? El día en que todo el mundo se convirtió en un caos total, con muertes, dolor, sufrimiento y miedo. A veces las cosas n...