Mi primera vez

564 97 8
                                    

— Dime por favor que recuerdas lo que pasó anoche — dije tumbada en la cama.

— ¿Cómo se supone que debo recordarlo?

— Bueno tenía la esperanza de que así fuera.

—Sabes que sólo existo en tu cabeza, si no lo recuerdas tú tampoco yo.

— Bueno es la primera vez que lo hago, no pudo ser tan malo — digo, pero ni yo lo creo.

—Sabes que existen dos tipos de ebrios primerizos, los que se ponen más locos que una cabra y los que son más dóciles que un gatito. Esperemos que hayas sido un gatito.

— No puedo creer que me haya embriagado, se supone que estas locuras tenía que hacerlas en la adolescencia.

— Tendrás veinte años pero mentalmente eres una adolescente.

— Claro que no, soy una persona mentalmente madura.

— Sabes que yo siempre tengo la razón.

— Olvídalo, mejor tratemos de recordar.

— Bueno todo comenzó con tu amiguita Cynthia— hace énfasis cuando menciona su nombre.

— Si, ella me invitó a su fiesta de cumpleaños, mamá fue a dejarnos en su auto muy emocionada por ser mi primer fiesta.

— Bueno tu mamá se emociona por todo — dice riendo.

— Claro que no — bufo— pero sigamos, cuando llegué Cynthia me presentó ante todos, realmente me sentí incómoda con eso, después nos reunimos con John— hace una cara de asco— Y con Jane.

— Eso lo sé, pero cómo es que terminaste tan ebria.

— Estábamos platicando y a Cynthia se le ocurrió jugar a la botella alcohólica.

— ¿Botella alcohólica?

— No sé si se llama así, pero el juego consistía en que giraban la botella y si te tocaba tenías que contestar cualquier pregunta que te hicieran, si no contestabas tenías que tomar una copa.

— Entiendo, pero tú no tienes tantos secretos que ocultar, aparte de mí claro.

— Bueno en la primer ronda me tocó a mí y me preguntaron quién me gustaba.

— ¿Eres tonta o te haces?

— ¿Por qué lo dices?

— Pues hubieras mentido — dice frustrado.

— Entonces el juego no tendría sentido.

— En verdad que eres tonta — dice para sí.

— Bueno, el caso es que desde esa primer copa me sentí mareada, y no recuerdo mucho más, solo fragmentos, creo que la segunda pregunta que me hicieron era si era virgen.

— Esa la hubieras contestado fácilmente.

— ¡Claro que no! — alzo la voz — Que vergüenza que supieran eso — siento como mis mejillas enrojecen.

— ¿Qué tiene de malo?

— Bueno tal vez sea la única chica de veinte años virgen.

— Eres una exagerada, si no querías contestar nada no hubieras jugado.

— No quería quedar como una tonta.

— Pues que te hayas embriagado en la primer copa te hizo ver más que tonta.

— No creí que eso pasara, tienes razón soy una tonta, pero ya no puedo hacer nada.

—Lo primero que tenemos que hacer es averiguar exactamente lo que pasó.

Mi Compañero ImaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora