Confusiones

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— ¿Adara? — una voz baja me despierta.

— ¿Mande?— digo somnolienta.

— Buenos días, el desayuno está listo— dice mi madre.

— Dormiré otro rato— me tapo hasta la cabeza.

—¿A qué hora llegaste anoche?

— Como a la una — contesto rápido.

— Mentirosa — dice Johnny.

— Está bien, pero solamente unos minutos más, ya es muy tarde— me reprende mi madre.

— Ya que— bufo mientras​ mi mamá sale.

— Si no recuerdo mal tú decías que odiabas mentir — se burla Johnny.

— No podía decirle que llegué a las seis.

— Eres una desvergonzada.

— Calla y mejor déjame dormir.

Los minutos pasaron como segundos y cuando me dí cuenta ya estaba en la mesa con mis padres.

— No te escuché llegar— le digo a mi padre — Si que madrugaste.

— Son las nueve, eso no es madrugar — dice nervioso.

— ¿Cómo te fué ayer? — pregunta mamá.

— Bastante bien, en la banda tocan cada vez mejor y la fiesta estuvo muy divertida.

— Super divertida— interviene en mi mente Johnny— Sobre todo en la parte donde duermes con John.

— Déjame comer tranquila — pienso aunque me sonrojo de solo recordarlo

— Me alegra que te diviertas porque ya que entres en la universidad no podrás salir tanto— comenta mi padre.

— ¿Cuándo invitarás a tus amigos a comer?

— Cuando tú quieras, por cierto el viernes tocaremos en La Luna.

— Felicidades— exclama mi papá— Ten por seguro que te iremos a ver.

— Preferiría que no lo hicieran — contesto rápidamente.

— ¿Qué tiene de malo?— pregunta ella.

— Me da pena que ustedes me vean — me retraigo — Además ahí van puros jóvenes.

— Está bien, su no quieres que vayamos no iremos— dice mi padre sonriente.

— ¿Por qué no vamos a comer? — suelta de pronto mi madre.

— Quedé con Cynthia para ir de compras.

— Voy con ustedes— exclama mi mamá entusiasmada.

— Claro que no, es una reunión de amigas — bufo.

— No tienes que estar todo el tiempo con ella, la presionas — la reprende mi papá.

— Eso no es verdad, ella ni siquiera está en la casa, casi no la veo — responde.

— Lo siento, pero la banda necesita ensayar— me excuso.

— Bueno tú te pierdes de mi buen gusto— bromea ella.

— Estuvo muy rico todo— digo mientras me levanto— Iré a descansar otro rato.

— No te vayas a acostar, acabas de comer — me dice mi madre cuando ya voy a medio camino.

Como era de esperarse el sueño se apoderó de mí, desperté muy tarde y rápidamente me arreglé para verme con Cynthia, quién ya estaba esperando abajo.

Mi Compañero ImaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora