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El destino las juntó, pero esa no era la última sorpresa que les había guardado a estas cuatro chicas que sólo querían vivir el momento.

En las esquinas de museos alternativos, en playas paradisíacas, en rincones inhóspitos del mundo, se encontraron. Parecía una casualidad de mal gusto que justo se toparan con ese cuarteto de chicos salidos de una campaña de Calvin Klein, pero el destino continuó jugando con ellas hasta que finalmente los unió en un hostel en Amsterdam.

¿Quién diría que una queja por el sonido de sus guitarras los llevaría a emprender un viaje juntos y hasta llegar a enamorarse?

Viajes, risas, llantos y excursiones gratis. La frustración y las hormonas viajaban como corredores de Dakar entre sus miradas.

El amor a primera vista es un tema muy discutible, como la amistad entre el hombre y la mujer o la democracia, pero Mila lo experimentó en la fila al baño de un prestigioso museo. Desde ese entonces ella le pone los ojos de ese chico rubio a todos los personajes que lee en sus novelas. Es algo así como un sueño llevado a la realidad cuando te encuentras con la persona que viste eso detalles que tan loca te vuelven como algo de todos los días. En épocas como estas es algo digno de ficción encontrar a nuestra alma gemela, y por eso nacemos con la habilidad de proyectar ideas en personas que creemos correctas. Mila lo único que quería era que ese chico fuese real y no tuviera algún complejo de bestia que la forzara a calzar en el molde de bella que no estaba creado para ella. Mila quería un príncipe azul disfrazado de Darcy con costumbres postmodernistas, y tal vez, sólo tal vez, ese chico que fumaba cigarrillo armado a la salida del Louvre fuese el indicado. 

Las diferencias entre las cuatro no fueron obstáculo para generar una buena relación. Nunca se imaginaron que cuatro chicas totalmente diferentes podrían ser un peligro para la humanidad.

La rebeldía y el sarcasmo son temas que a Greta le quedan a la perfección ¿Quién diría que detrás de esa tierna cara que no rompe ni un plato se encontraba el demonio en persona?. Aunque la pequeña del grupo se tratara, era capaz de arrastrar a sus nuevas amigas a sus aventuras causando un poco más que problemas y diversión. De su boca salía que nunca iba a cambiar por alguien ¿Pero qué pasaría cuando sus hermosos ojos se toparan con aquellos ojos color marrón?

Cada una tenía un talento diferente, así como el de Greta era contar esos estúpidos chistes sin sentido alguno los de Charlotte eran el dibujo y las palabras, ella era la que menos problemas causaba del grupo, esa tímida chica con cabello rosa pastel que portaba cara de ser una completa perra pero esra todo lo contrario. Se caracterizaba por ser la única que podía controlar a las chicas cuando el ambiente se ponía tenso y era capaz de culparse a si misma para que otra no saliera lastimada. Es algo difícil cuando cuatro personalidades completamente diferentes chocan, pero por suerte estaba Lottie para salvar el momento, y las relaciones.

Para Mond no existía tal cosa como una taza perfecta de café. No era algo que la determinación pudiera brindar ni que horas de dedicación pudieran crear. Consideraba al café impredecible porque nunca se sabía lo que iba a resultar. No importaba el método de preparación ni cómo lo servía. El buen café siempre era noble y flexible, ya que se adaptaba a su degustador. El café lo servía como el amor, tan caliente como lo era un abrazo. Lo bebía pausada y serenamente, sintiendo el escalofrío del primer sorbo, a veces dulce, a veces amargo. Era la primera cosa que quería probar en el día y la última que quería saborear en la noche. Así como encontrar esa taza perfecta de café que le llenaba el alma y le calentaba el corazón, Mond encontró por serendipia esa paz que adormecia sus necias palabras dentro de un par de ojos color esmeralda.

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Fanfic escrita con queenofxx , cheesemalum  and HurricaneA

dear life« 5sosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora