CAPITULO 11

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Hemos vuelto Harukas -

ZOÉ

Al irse de mi habitación me levanté del suelo sintiendo como varias zonas de mi cuerpo me dolían por su dura embestida y el como mi garganta ardía pero que no sabía exactamente porqué sí no hubo resistencia como para que me lastimara, además de caer al suelo que eso había sido más que un accidente de los dos pero que igual resultaba ser algo malo.

Me senté en la cama acariciándome los brazos adoloridos lentamente sin atreverme a abrir la boca por miedo a tomar aire fresco y así lastimar más mi garganta, miré el suelo con la cabeza vacía hasta que pasó algo rápidamente por mi mente haciendo que levantara la mirada hasta el pasillo que llevaba hasta la puerta de la habitación pero quedarme quieta comenzando a tener mil preguntas paseándose en mi cabeza.

Me sentí agitada por un momento pero no me moví de la cama pensando en que habría pasado con Alec, estaba tardando demasiado como para darse un baño ¿Acaso Ethan se atrevió a visitarlo antes? ¿Le habrá hecho algo? o solo se había arrepentido de venir pero ¿No me habría mandado un mensaje para avisar?

Me levanté de inmediato de la cama e ir casi a zancadas al baño para tomar mi móvil que se cargaba desde un enchufe arriba del lavabo, miré en la pantalla bloqueada sí es que tenía un mensaje pero mi pantalla no daba ninguna notificación a excepción de las redes sociales.

Estaba comenzando a preocuparme porque conociendo a Ethan era muy probable que le hiciera algo a su propio amigo para tener lo que él quería y pensar en lo que podría hacerle se me erizaba la piel y me daban fuertes escalofríos haciendo que mi cuerpo temblara por completo.

Llevé el móvil a mi pecho desconectando de un impulso el cargador del enchufe y mirarme en el espejo un segundo sin poder dejar de pensar lo que le hubiera pasado a Alec y en el porqué no llegó a mi alcoba ya hace más de la hora —Piensas de más— balbuceé ante mi reflejo que se notaba asustado pero a la vez queriendo ser fuerte aunque sus hombros temblorosos decían lo contrario —Debe estar muy enfermo para hacerle daño a su único amigo.

Decidí seguir esperando de Alec y así poder hablar aunque conforme pasaban los minutos cada vez salían más conclusiones del porqué el no llegaba hasta que sin poder soportar las presión me quedé dormida, esperándole.

( ( . . . ) )

Desperté de inmediato al sentir fuertes sacudidas en el pecho y sentarme en la cama mirando alrededor pero al ver que ahora las sacudidas eran en mis muslos, me tranquilicé al saber que era mi móvil que recibía una llamada.
Tomé una gran bocanada de aire para tranquilizarme completamente recargando mi espalda en la cabecera perla y tomar el móvil mirando quien llamaba y contestar de inmediato asustada de nuevo.

—Alec— balbuceé intentando sonar tranquila pero por el silencio que hubo al otro lado de la línea supuse que soné desesperada.
—¿Todo bien, Zoe?— musitó preocupado Alec acompañado de música de fondo, fruncí el ceño pero negué restandole importancia a lo que escuchaba y alegrarme de escucharlo bien.
—Está todo bien— dije calmada acostándome en la cama de nuevo mirando el techo y tener bien junto el celular a mi oído, escuchando así hasta su respiración.
—Quería disculparme por no ir contigo, Ethan me obligó a acompañarlo a un club, te llamaba para invitarte— se escuchó como su voz se alzó más junto con la música y noté como se escuchó entusiasmado.

—¡No!— dije de inmediato dando un respingo en la cama, al escuchar mi respuesta tomé aire y suspiré recordando que ya tenía mi voz de vuelta y ese grito había sido desgarrador para mi garganta —No— dije ya calmada —, estoy cansada. Diviértete y no bebas demasiado, ya sabes como se pondrá cabeza de billar— intenté bromear para ocultar mi preocupación —, además ocupas estar sobrio para mañana— susurré así queriendo sonar amable ante él.

ETHAN II ®Where stories live. Discover now