Dieciocho

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La familia Butterfly gracias a su dinero y a un misterioso hombre llamado Tofee pudo salir fácilmente de prisión. Lo primero que fueron a hacer fue dirigirse a la casona de Tom, siendo acompañados por varios aliados suyos que estaban en contra de la revolución.

La joven Star caminaba alejada de sus padres, ellos estaban muy molestos con ella por el lío en que los metió. Al estar lejos de vista del aglomerado de gente, decidió desviarse a su mansión para rescatar un objeto muy importante para ella, su varita.

A la entrada de su casa vió a una dormida Jackie al lado del putrefacto cadáver de Janna. Star vió por unos segundos la extraña escena, pero decidió ignorarla y seguir con su objetivo.

Entró a su desordenada habitación y rebusco por los desordenados cajones su varita. Cuando la encontró, sonrió con malicia.

Salió corriendo de su hogar, lista para atacar. De tanta emoción, se le olvidó cerrar la puerta, algo que una recién despierta Jackie se percató. La de pelo corto pensó un poco sobre si detener a Butterfly en lo que sea que hiciera, algo muy probable con venganza, o dejarla ser. No, se veía que Star tramaba algo, así que decidió en encargarse de la situación.....

Al llegar a la recidencia de Thomas, Star observó a todos esos viejos millonarios simplemente observando la casona. Eso enojó mucho a la joven.
- ¿Y que hacen ahí parados? ¡Hagan algo!

- Pues la esperabamos a usted, Señorita Butterfly. - Dijo una chica pelirroja de piel muy blanca.- Confiamos en que usted vencerá a ese tipo y que todo este problema pare de una vez.

La rubia lanzó una mirada de desprecio a las personas a su alrededor, le pareció muy patético que esperarán a que ella lo derrotara por ella misma, pero a la vez se sentía halagada al ver que ellos confiaban en sus habilidades como chica rebelde de mal temperamento. Ellos no conocían su faceta sádica que la llevó a casi matar a una inocente chica, pero sabían que esa chica era capaz de cosas que ninguna señorita de sociedad haría.

Ella entró a la vivienda sin temor alguno, ya estaba preparada para cobrar venganza. Agarrando con mucha fuerza su varita, que llevaba oculta entre las telas del vestido, se acercaba más y más a la habitación de Tom, donde supuso que estaba.

Abrió la puerta y todo estaba en total silencio. Con su varita apuntaba a distintos angulos, buscando algún rastro de ese extranjero. Decidió revisar por detrás de la puerta y cuando menos se lo espero un fuerte golpe en la espalda la tomó por desprevenida. Se dió media vuelta y apuntó a Marco, lista para lanzar un hechizo.

- No me esperaba que estuvieses aquí... - Comentó mirándolo de la cabeza a los pies- Yo pensaba que tenías cierta educación como para saber que no debes patear a señoritas elegantes....

- Pues tu no eres ni señorita ni elegante

La rubia decidió atacar de todas formas, aunque atinó mal y dejó un gran agujero en el suelo.

- Que sabrás tú, me cambiaste por ese tipo tan despreciable.

Marco bajó por las escaleras y empezó a dar vueltas por todo el interior de la mansión, complicando la puntería de la rubia que destruía todo a su paso.

- ¡Por lo menos ese tipo se molestó en tratarme como un ser viviente!

Star lo alcanzó, recibiendo una golpiza en los dientes, provocándole un potente sabor metálico en su labios por la sangre.

- Una "señorita" no golpea de tal forma  a la gente- Marco se estaba protegiendo su boca con sus manos, así que su diálogo no se escuchaba bien- Y tampoco hace magia negra, ni hechizos que costaron vidas de inocentes, ni deformar a una pobre chica.....

Por unos segundos Star recordó su conversación mental que tuvo con ella misma ese día donde mestizos y criollos rodeaban su hogar. Pensó en que ella misma era una persona desagradable, una clase de persona que ella odia.

Observó por unos segundos el rostro de ese chico que sacaba unos pequeñas lagrimas de sus ojos café, no podía creer que estuviese haciendo esto y cosas peores por tanto tiempo.

Star estaba a punto de pronunciar el nombre del chico en un tono dulce, como diciéndole perdón, pero Tom irrumpió en la escena. La expresión pensativa de la rubia cambió a una rabiosa en un santiamén.

- ¿Qué estás haciendo?

La rubia no respondió, solo lo miraba fulminante mientras pensaba en un hechizo.

- ¿Por qué me miras así?

La chica se puso de pie, aguantando sus ganas de gritarle directo en el rostro de su enemigo.

- ¿Cuando te darás cuenta que tu eres el malo de la historia? ¡No te veo para nada arrepentido de las cosas horribles que le hiciste a gente por años!

- Eso te lo deberías decir a ti, Star

- ¿¡Y qué crees que hacía, pedazo de imbécil!?- No pudo más y gritó esas palabras.

- No creo que tengamos que dividir el mundo entre buenos y malos, eso es algo muy ambiguo. Además, agrego que yo si me siento mal por cosas que hice en el pasado, pero no pienso mucho en eso, porque ya pasó.

- P-pero....

Marco retiró sus manos de su boca, revelando sangre en sus dedos y el contorno de sus labios, y se ubicó entre ambos. No sabía porque hizo eso, tal vez su subconsciente quería decir algo, pero su mente era incapaz de pensar en algo útil.

Los otros, expectantes, esperaban que dijese algo.

- Debo admitir que ambos tienen razón, pero veo que tú necesitas una respuesta menos severa y....

- ¡No necesito que me den una charla! Sólo, sólo.... ¡Dejenme en paz!

Ambos chicos veían como Butterfly miraba el suelo y a su varita, se veía que no tenía ganas de hacer algo más que eso. Lentamente se alejaban de ella, dejándola con sus pensamientos, aunque no querían perderla de vista.

La puerta se abrió, tomando por sorpresa a los tres. Esa chica con el rostro vendado fue reconocida de inmediato por Marco, que intentaba descifrar el porque estaba ahí.

La de pelo corto solo corría hacia el desprotegido cuerpo de la rubia...







El Mestizo y El Demonio (Tomco) //AU// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora