Capítulo 13.

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Jimin estaba triste. Aunque sintiera los cálidos y finos dedos de la mamá de Yoongi deslizarse sobre las teclas blancas brillantes, no era lo mismo que sentir los ya no tan pequeños dedos de su hyung. Lo extrañaba, y mucho.

La última vez que habían hablado había sido ya hace una semana, ¡una semana! Jimin no podía dejar de pensar en su hyung, ¿se encontraba bien? ¿Qué estaría haciendo? ¿Estaría muy ocupado por el club de basketball en la escuela? ¿Estaría con ese compañero... Ho... Hoseok?

No pudo evitar suspirar unas cuantas veces, pensando así que el nudo en la garganta que sentía se desinflaría y podría no tener ganas de llorar. Odiaba llorar; si lo hacía mucho algo así como un hipo se apoderaba de él. También sus ojitos ardían y sus manitos pequeñas no ayudaban a que se tapase el rostro, se veía feo llorando y él no quería que su hyung lo viera así.

¿A quién engañaba? Su hyung no sabría si él lloraba o no, ya no se daría cuenta de eso si no está con él.

-Te extraño hyung...- murmuró, y como hace días venía haciendo, cerró los ojitos pensando que su hyung aparecería frente a él y le diría que lo quiere mucho; que no lo dejaría por ser simplemente un piano aburrido.

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Yoongi saludó a los chicos del club basketball, ya era hora de irse a su casa.

-¡Hyung! ¿Ya se va?- preguntó Hoseok, quien todavía seguía jugando en la cancha.

-Mi mamá me pidió que fuera temprano hoy- Yoongi suspiró, y Hoseok rió.

-Eres niño de mamá hyung.

-¡Tú eres niño de mamá!

-Quien lo dice lo es, ¡la la la la!- se burló Hoseok.

-Soy mayor que tú, ¿a dónde quedó el respeto?- Hoseok hizo un puchero con sus labios y exageradamente actuó lindo para su hyung; dando saltitos hacía donde se encontraba, aún con la pelota de basketball en la mano. Bien sabía que a Yoongi no le gustaba que hiciera ese tipo de cosas "lindas y tiernas".

-Hyuuung~ perdóneme. ¡Lo quiero mucho, mucho, mucho así que no se enoje!- Yoongi quiso salir corriendo al ver que el menor se acercaba aún más, invadiendo algo llamado espacio personal.

-Ya, ya, está bien. Pero por favor no hagas eso.

-¿Hacer qué?- rió Hoseok haciéndose el desentendido. Yoongi negó con la cabeza un par de veces.

-Bueno, me tengo que ir. ¿Nos vemos mañana?

-¡Nos vemos mañana hyung!

Hoseok le dedicó una sonrisa a su hyung y volvió a la cancha. Por otra parte, Yoongi salió corriendo hacia su casa.

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Al llegar, su mamá lo recibió con una abrazo y no pudo evitar pensar en el "niño de mamá" que Hoseok le había dicho. Se alejó rápidamente de su mamá, y fue a su habitación a acomodarse, después de todo aún tenía las cosas de la escuela.

-Yoongi, hijo. ¿Puedo pasar?

-Pasa- respondió tranquilo Yoongi, ya había termino de acomodar todo hasta con el tiempo de darse una ducha.

La mamá de Yoongi se sentó en la cama, y no hizo nada más que mirarlo fijamente.

-¿Pa...pasa algo importante?- se atrevió a preguntar Yoongi, no es que le molestara el silencio, al contrario le gustaba. Pero que su mamá lo estuviera viendo así lo ponía de cierta manera nervioso.

-¿Te está yendo bien el club de basketball? Últimamente te veo más feliz al regresar- sonrió la mujer, y Yoongi asintió.

-Al principio pensé que me iba a cansar mucho, pero después de una semana me acostumbré y es bastante entretenido además de divertido. El idiota de Hoseok tenía razón.

-¿El idiota de Hoseok?

-Di...digo, Hoseok.

-¡Es malo usar ese tipo de palabras mi niño!

-Lo siento mucho- se le había pasado por alto hablar así frente un adulto.

El silencio volvió a la habitación, y su mamá todavía seguía sentada en el mismo lugar.

-Y... ¿el piano? ¿Cómo te va con el piano hijo?

Yoongi tragó en seco, lo había olvidado completamente. El piano... ¡Jimin! Había dejado de lado lo que más quería. Se sintió la persona más idiota y culpable en todo en el universo, no había hablado con su Minie en toda una semana.

¿Qué haría ahora? ¿Y si Minie se enojó? ¿Si ya no lo quiere ver más? Tendría sentido si es así. Yoongi entró en pánico, quería ver a Minie en ese instante y disculpase unas mil veces hasta que su pequeño le dijera que lo perdonaría y todo estaría bien. Le daría muchos besitos para recompensarlo y caricias en el pelo, él lo merecía. Minie era la persona, o mejor dicho, la reencarnación del piano más dulce y cálida que había conocido en su vida.

Yoongi se sorprendió al ver que su mamá se levantaba, y antes de irse le sonreía. Aunque no entendió la razón de aquello, se alivió ya que podía irse a dormir para ver a Jimin.

Y eso hizo, se acostó y cerró los ojos conciliando rápidamente el sueño.

First Love [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora