Prófugo || Chrisdiel >>Terminada<<

•Capítulo 22•

Capítulo dedicado a❤:

—Queremos hacer un comunicado para los prófugos que aún siguen libres. —habló el fiscal, mientras también se veía como la prensa se acomodaba en el lugar.—Hace unos años hubo una fuga, la mayoría de los prófugos se escaparon para ver a sus familias, y actualmente está pasando lo mismo. El punto es que si se entregan no se les quitara los beneficios, y no se les aumentará años o meses de condena. Los invito a que se entreguen, los esperamos. —finalizó y enseguida volvió el programa que estaban viendo antes.

Entre todos se miraron.

Se pudo notar las caras de "duda".

—¿Se van a entregar? —fue el primero en preguntar preocupado, Christopher.

La oferta que le entregaba la policía era tentadora, osea, comúnmente cuando una persona se fugaba, por lo que se enteraba por las noticias, le podían aumentar un año de condena y quitarle los beneficios de comida y de el único lugar libre que tenían derecho a estar.

—No, ustedes son los que más saben el porqué. —Zabdiel habló primero, con esa respuesta Christopher sonrió y se relajó un poco.

—Tengo un objetivo aquí fuera.—dijo Richard e inconscientemente sonrió al recordar a su pequeña.

—¿Y tu Joel? — pregunto Erick al ver que en un rato que no hablaba.

—No... — dijo el mencionado.

Al día siguiente, muy temprano.

Joel sacaba toda su, muy poca, ropa que tenía para echarla a una pequeña mochila. Lo mismo hacía con algunas cosas que tenía.

Pensaba entregarse, sentía que ya no debía estar libre, además sólo le quedaba unos meses de condena, si soporto años, si podía soportar un poco de tiempo más. Ninguno de sus amigos sabía, solo les había dejado una carta para que cuando despertarán la leyeran.

Ya estando listo salió de la habitación que compartía con sus compañeros. Solo le faltaba salir de la cabaña.

—¿Joel? ¿Qué haces? —preguntó un Erick un poco adormilado detrás del mencionado.

—Erick... ¿qué haces despierto? Es muy temprano. —cambio de tema un tanto nervioso.

—Vine por un vaso de agua. —dijo tallandose los ojos para poder ver bien. —¿Y esa mochila...? No me digas que te vas a...

Joel suspiró.

—Si Erick, si me voy a entregar. —dijo serio, pero por dentro todo lo contrario por ver la cara de Erick.

—N-no, no puedes entregarte. —logró decir.

—No me queda nada más por hacer aquí afuera, los que en verdad merecen estar aquí es Zabdiel y Richard, estoy estorbando.

—Tú también mereces estar libre.

—Yo no, de verdad cometí un crimen. —dijo Joel.

—Joel, eres inocente.

—¡No! ¡No soy inocente! ¡Mate a una persona, Erick! —dijo con los ojos cristalizados.

—No te quedo de otra, si no lo hubieras hecho, quien sabe, tu hermano quizás ahora mismo hubiera estado muerto.

—¡Pero lo maté! Da igual de quién se trataba, eso no tiene perdón. Mi h-hermano me odia. —cada vez su voz se apagaba.

Joel se pegó en la pared para caer poco a poco al suelo. Se puso a llorar en silencio recordando lo sucedido hace aproximadamente un año, se tapó su cara con sus brazos, ya que se sentía avergonzado que Erick lo viera con ese estado.

Erick se sentó a lado de Joel y lo abrazo por los hombros, acercándose cada vez más a este.

—No soy inocente, mate al novio de mi hermano. —susurró solamente para su acompañante.

—Tu solo protegiste a tu hermano de una persona de mierda.

Después de unos 5 minutos de que Joel se calmara, se limpió sus últimas lágrimas con la manga de su abrigo.

—Me tengo que entregar Erick, lo siento. —dijo apunto de pararse, pero el anteriormente nombrado lo tomó del brazo.

—Por favor , no te entregues, hazlo por los chicos... o por mí.

—Er...

Dejó de hablar cuando sintió unos labios sobre los suyos. Erick le había comenzado a dar un beso muy deseado.

Correspondió el beso algo torpe ya que aún seguía en shock por la acción de Erick. Y también porque era su primer beso.

Erick se separó un poco de Joel sin quitar su vista de sus ojos cafés, los cuales se encontraban con un brillo especial.

—Entonces, ¿te quedas? —le preguntó.

Esta vez Joel tomó la iniciativa de su segundo beso.

—Sí —susurró en medio del beso, y Erick agrandó su sonrisa enredando sus brazos alrededor del cuello de Joel.

Se tuvieron que separar por la maldita falta de aire. Se miraron fijamente, y después se abrazaron.

—Gracias. —susurró Erick en el oído de Joel, este igualmente extendió más su sonrisa, bueno, si es que era posible más.

—Aun sigue siendo temprano, ¿vamos a la habitación en la que estabas durmiendo? —preguntó Joel, y Erick emocionado asintió.

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