00

167 24 10
                                    

Historia creada exclusivamente para mi ♡

Adam  dejó de respirar cuándo ambos se besaron, su novio Thomas, tomó de la nuca al más bajo y lo pegó más hacía él en un beso apasionado.

El chico peliverde rodeó su cuello con sus brazos envueltos en la chaqueta de Adam mientras sonreía colocándose de puntillas y besando su mejilla. Thomas movió sus labios exageradamente y Adam pensó que quizás sabía que él los estaba viendo.

Era un bastardo.

Había tenido la duda desde hacía algunos meses, no estaba del todo seguro pero su instinto alfa se lo decía a gritos, tampoco podía descartar la idea de que su novio estuviese engañándolo con otro. Y menos cuándo había encontrado aquel chocker con un candado entre su cajón de la ropa interior...

Era raro,en color negro y el candado era pequeño y delicado. Para nada el estilo de otro alfa.

Pero eso no había sido para él, demasiado afeminado para ambos. Parecía más el tipo de accesorio que usaría un omega.

Para su aniversario él había recibido comida de su restaurante favorito y una chaqueta nueva que Thomas había terminado utilizando más que él, al compartir armario. Ambos vivían juntos desde hacía un año y medio cuándo Adam se había dado cuenta que sentía algo más que amistad por su compañero de piso.

Y ahora...

Aquel niño llevaba en su cuello aquel collar.

Se sentía traicionado.

Aquel chico era todo lo contrario a él, bajito, rechoncho y destilaba feminidad y fragilidad, un perfecto omega. Thomas amaba los chicos kitty y había fantaseado con tener un trío con uno.

Y Adam... Lo único suave era su voz, que a menudo era comparada con la de una chica por lo suave y fina que era. Era un alfa alto, de masa muscular deportiva y caderas pequeñas, esbelto para ser un alfa pero no lo suficiente para ser un omega.

Vió a su novio marcharse mientras el pequeño chico se giraba, caminando por el callejón de la parte trasera del restaurante dónde ambos habían estado muy acaramelados.

Se supone hoy Thomas trabajaba en el turno tarde y noche, se supone que debía estar en el hospital.

Pero él había cenado con aquel chico.

Y si no hubiera sido porque James, su mejor amigo beta, se había puesto pesado con que consiguiera su ración de patatas fritas para cenar, Adam nunca hubiera visto cómo su novio, le estaba poniendo los cuernos a menos de cinco manzanas de la casa de su amigo.

¿Era estúpido?

¡Lo tendría que haber ocultado mejor!

Entonces se dió cuenta de algo, el pasivo llevaba su chaqueta.

¡Era su propia chaqueta!

Lo siguió completamente iracundo, buscando al niño, viéndolo doblar hacia una peatonal. Era tarde y hace mucho frío, Adam colocó su capucha ocultando su cabello y caminó rápido, siguiendo al joven quién parecía ajeno a todo, ¡incluso para caminar tenía gracia!

¡Lo odiaba!

¡Odiaba todo lo que representaba!

Miró a ambos lados, notando que la calle se había quedado desierta, sabía que habría un callejón sin salida a unos pasos, tomando el valor de su rabia interna, llevó su mano pequeña al brazo del chico, arrastrándolo al callejón, impactándolo contra la pared con fuerza. Olía a Thomas, a alfa, a su alfa técnicamente...

Silent LoveWhere stories live. Discover now