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No podía asimilarlo. Me era imposible hacerlo. Noah describió como, mientras yo hablaba con Liam por celular, él vio como Louis se marchaba de la casa viendo su obra.
La mañana que me dejaron salir del hospital, Liam casi no pudo manejar. Tomaba mi mano, me besaba y abrazaba. Estaba tremendamente asustado.
- Liam.-murmuré y él volteó con rapidez, dejando a un lado el almuerzo, tomándome entre sus brazos casi con urgencia.-Liam, necesito que vengas.
-¿A dónde?-preguntó asustado y me recosté en su pecho.
-Al cuarto.
Sentí como sus brazos se tensaban a la vez que avanzaba lentamente. Me miró una y otra vez en el camino, hasta que, cuando cerramos la puerta, fijó los ojos en esta.
-Max...-dijo y me aparté de él.
-Sentate.-la pedí y él buscó lugar en la cama.
Lentamente, me quité la bata quedando en ropa interior. Clavé mis ojos en los suyos un instante, mientras él recorría mi piel quemada. Las heridas nuevas se superponían a las viejas. Me aproximé y llevé su mano a estas. Él delineó mis contornos y entonces volvió a mirarme.
-¿Por qué?-preguntó.
-Porque ya no quiero tener miedo con vos.
Me sentó en sus piernas y acarició mi rostro una y otra vez en silencio, sin apartar sus ojos de mí.
-Me daba miedo que sintieras repulsión. Sé que no es lindo. De verdad. Sé que no es el cuerpo que esperabas y...
-Sos la mujer más hermosa que vi en mi vida.-dijo él, besándome con suavidad.-Tan preciosa... Te amo, Max. Esto es... Max. Esto es increíble. Todo esto. Estar con vos, poder amarte. No te cambiaría por nada en el mundo.
-Tiene que haber un error.-murmuré entonces.-Louis no pudo haber hecho esto.
-Sé que es difícil de asimilar...
-Él no lo hizo, Liam. Estoy segura de que no lo hizo. Me niego a creerlo.
Su mano se posó con suavidad en mi cintura y la acarició con cuidado. Me recosté en su pecho y cerré los ojos. Nunca podría culpar a Louis.
-Max, te prometo que va a estar todo bien.-dijo y buscó mis labios.-No te preocupes tanto. Estás acá ahora, estás mostrándome lo que nadie más vio, estás diciendo que me amas tanto como yo a vos. Ahora ya no quiero que te preocupes. Sonreí, peleame. Haceme lo que quieras, pero ya dejá de pensar un poco.
Me incliné sobre él y lo besé por todas las veces que no pude hacerlo por las peleas, lo besé con la sed insaciable de él, lo besé gritando todas las cosas que no me atrevía a decirle y con todo el amor que había en mí. Lo besé y sentí que hacía demasiado tiempo que había dejado de hacerlo.
-Sos el amor de mi vida.-murmuré recostada en su pecho desnudo mientras él deslizaba los dedos por mi espalda una y otra vez. Me miró.-No quiero volver a peleas nunca más.
-Yo tampoco.-murmuró y me besó.-Te amo, Max.
Suspiré y cerré los ojos, tomándome de él con más fuerza. Pasó poco tiempo antes de que el timbre sonara. Con rapidez, nos vestimos y bajamos. Mi padre debía estar ahí con Noah. Sonreí en dirección a mi marido y abrí, recibiendo ese hermoso abrazo que traía cada día.
-Hola, precioso.-dije mientras él besaba mi mejilla.
-Hola, ma.-corrió hacia Liam y saludé a mi padre.
-¿Cómo te va, abuelo?-pregunté divertida y él rió.
-Ay, ese pequeño terremoto.-negó con la cabeza riendo y lo dejé pasar.
Desde el incendio, se había mudado con nosotros. Era increíble tenerlo ahí. Sabía que estábamos cumpliendo los planes que hace tanto habían quedado atrás.
-¿Qué cocinaste hoy?-le preguntó a Liam y él me miró con pánico. Solté una carcajada. Lo habíamos olvidado.-Ya pido pizza.
-Nada se salvó.-dijo Liam desde la cocina y escuché las carcajadas de Noah.- ¿Te reís de tu padre? Ya vas a ver.
Todo se convirtió en un juego por toda la casa, en carreras y cosquillas. Hasta que una risa se apagó.
-¿Noah?-pregunté subiendo con rapidez.
Liam lo sostenía al borde de la escalera. Había estado a punto de caer. El temor se abría paso en sus facciones y las lágrimas asomaban en sus ojos.
-Mami.-musitó y lo alcé al instante.
-Ya, Noah. Tranquilo. Papi te atajó. Creo que es hora de dejar de correr. ¿Vamos a esperar la comida?-él asintió con la cabeza contra mil cuello y bajé junto a Liam.
El timbre sonó y papá abrió, pero algo en su expresión me dijo que no eran las pizzas. En cuanto vi el uniforme supe que algo malo había pasado. Y así era.
-Todavía falta que de confirme, pero todo indica que su hermano quemó la casa.-me dijo el oficial cuando ya estábamos en la sala y Noah en su habitación. -Suicidio. En el buzón encontramos un papel en el que admitía ser el causante de otros dos incendios. -suspiró y volvió a mirarme.-Señorita, vine personalmente para entregarle esto. -me tendió un sobre y Liam tuvo que tomarlo. Me sentía incapaz de hacerlo.-Lo siento mucho.
Y con esas palabras se retiró. Todo era silencio. El sobre reposaba sobre la mesa y mis manos entre las de Liam. Noah nos espiaba desde la escalera y mi padre le pagaba al de las pizzas. Todo se había destruido en un instante. Louis había muerto.

Pequeña TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora