7. Say something

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CAPÍTULO SIETE
SAY SOMETHING
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Spaces between us,
keep getting deeper.



     " —¿Quieres que te acompañe a tu casa? —cuestionó Katherine.

Kendall sonrió ladina negando mientras colgó su mochila sobre sus hombros.

—No, hoy mamá quiere hacer un almuerzo familiar, debo ayudarla a cocinar así que tengo que llegar temprano.

Ella solo se limita a asentir y con una pequeña sonrisa se despide luego de darle un fugaz beso en la mejilla. Cuando la morena se encuentra sola, saca su pequeño reproductor de música y lo enciende para comenzar el no tan largo camino de vuelta a casa.

Una vez que llega, frunce un poco el ceño al no ver ninguna de las cortinas de la casa corridas, puesto que su mamá nunca dejaba estas cerradas. Ladeó la cabeza y se adentro al lugar.

—¿Hola? ¿Mamá?

Escuchó como las tablas del piso de arriba sonaron haciéndole saber que alguien estaba allí. Se encaminó a las escaleras para ir a la segunda planta. El sonido provenía de la habitación de sus padres; entrecerró los ojos caminando ahora con sigilo.

La puerta estaba entreabierta, cosa que le permite ver a la perfección a su padre disfrutando de la erótica escena de una mujer, pero aquella mujer no era su madre.

Al querer retroceder, la madera bajo sus pies crujen, llamando la atención de los dos amantes.

—Mierda, Pequeña, ven aquí

La apresurada voz del hombre a quién ahora no reconoce como padre se escucha por todo el hogar, pero la menor sigue alejándose, queriendo desaparecer de esa horrible escena en tanto se limita llorar.

No podía creer lo que sus ojos habían visto; su papá con otra mujer. El hombre que era su ejemplo a seguir, el hombre que era su héroe, había daño todo lo que lo amaba, daño a su esposa, daño a su hijo, la daño a ella. "

     Kendall estacionó su auto frente a la  imponente edificación que confirmaba la casa de los Jobs frente a sus ojos. Una ancha y alta reja la separaban de la residencia, pero para su sorpresa y suerte, esta se abrió en tanto  mostraba al oficial Jobs junto con otros oficiales.

La rubia observó con atención su alrededor y sin tener mas opciones optó por escabullirse entre los árboles de la residencia y así emprender marcha a la puerta principal de la casa sin ser vista por ninguno de los hombres.

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