parte II

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Jorge la miro tan derrumbada que sus emociones sentían ahogarse con cada lagrima que aquellos ojos derramaron sobre su hombro, la tomo de la mano y salieron de la universidad, la llevo justo a su bar favorito;

-¿Esta bien este lugar o prefieres ir a otro sitio?, pregunto ya con un poco de confianza.

-Está perfecto, contesto cabizbaja.


Entraron aquel bar llamado "la gran poesía ", pidieron un par de tragos, tomaron asiento y el silencio reino por unos minutos, se miraban fijamente y de repente ella le dijo;

-¿Me trajiste aquí a verme o hablar conmigo?, ¡coño! necesito desahogarme, sacar todo este dolor, no quiero sentarme a embriagarme contigo sin mediar palabra.

Mientras él estaba meneando sus hombros al ritmo de "mambo number five", sin comprender aquel extraño comportamiento, tomo su copa, la bebió de un sorbo y le dijo;

-¿Qué es lo que sucede contigo?, porque hace un momento estabas con tus demonios ahogados en lágrimas, que quise rescatarlos, pero ahora estos mismos están tan irritables y bien secos, que me enloquece pensar que también me logren irritar los míos.

Sorprendida solo lo observo tras lanzar una carcajada, tomo su mochila y se puso de pie,

-Gracias por querer sacarme de aquel hoyo en el que estoy, pero muchas veces me es difícil conmigo y mi estúpida actitud de mierda, como para sentirme comprometida por sentimientos absurdos que retumban mi cabeza; pues muchas gracias por tu hombro y si no quieres terminar todo embarrado de mi porquería ¡aléjate!

Salió de la gran poesía hecha trizas, -"soy tan oscura, como aquella sombra que me persigue aun cuando el sol me admira, ¿qué sucede conmigo, acaso no puedo ser amable con él?, suelo arruinarlo todo, especialmente mi vida, soy una escoria, eso no significa que tenga que escupir mi veneno por todos lados, es tan bueno, tan inocente", pensó mientras atravesaba la puerta hacia la calle.

De repente, el sentimiento se apodero de aquella cabeza, sintió el impulso de correr y alcanzar a su musa; la tomo del brazo y le dijo;

-calma, creo que nos exaltamos, tomemos asiento y cuéntame de aquello que te está atormentando, una estrella jamás debe apagar su luz y tú eres una luz muy especial.

La musa ante aquellas palabras calmo todo dentro, sonrió y se devolvió a su lugar;

-Tú me inspiras confianza, es extraño, no confió ni en mí, te agradezco por esto que estás haciendo sin conocerme aún, aunque ya te das una idea de cómo soy, dijeron aquellos labios rojos risueños.

Bebieron unos tragos y se olvidaron del mundo, hablaron muchas horas de sus vidas, recordando la razón de la situación inicial, ella dijo;

- te contare la razón de mis lágrimas; mi existencia se empezó a tornar amarga desde que ellos llegaron a mi casa...

-¿Quiénes son ellos, de quienes me hablas?, Dijo Jorge interrumpiendo.


-son mi tía Lucía y su esposo Fernando, ellos son pastores de la iglesia "Ferluci", en honor a sus nombres, Lucía es pastora en esa iglesia, ellos pasan por una crisis económica grave y hace 4 años llegaron a invadir mi feliz hogar, ahora vivimos Lucía, su esposo, mi madre y yo.

-pero ¿cuál es entonces el motivo de tu dolor?, dijo embobado observando ese gracioso tic que había descubierto justo en la nariz de ese hermoso rostro enfrente de él adornado por ese cabello encendido.

-ellos son toda la escoria que llevo dentro, todo lo malo que a mi vida le sucede, toda la porquería en la que me he convertido; ¡ese es el maldito problema!, respondió estrella mirándolo fijamente mientras un par de lágrimas rodaron de nuevo por sus mejillas.

Él fijaba su mirada en las expresiones que traían tanto dolor, la curiosidad toco su cráneo, pero no menciono palabra.


Luego de secar sus mejillas y deslizar aquel labial rojo por sus labios bebió su copa y se perdió en la hermosa melodía del jazz que retumbaba la gran poesía esa noche por sus parlantes.

-Es hermoso este lugar, ¿cómo es que lo conociste?. Pregunto mirándolo entretenidamente y rompiendo el silencio.

-a veces siento que no encajo en la vida donde nací, entonces solía salir a caminar y olvidarme de mi realidad, hasta que pase por enfrente de aquí y decidí entrar, pues un lugar con tal nombre no podía sentarme mal de ninguna manera, desde hace unos seis meses que lo visito y he aprendido muchas cosas, aparte de toda la poesía escrita en sus muros que es fenomenal, la decoración tan artística, sus asientos en forma de libros, sus bebidas tan suaves, pero fuertes a la vez, la música que transporta, me relaja, me identifica; por esa razón es mi sitio favorito. Respondió observando el lugar.

-es muy lindo la forma en la que te expresas, yo suelo ser muy tosca y mal hablada, todo lo opuesto a una "damita" jajaja; creo que desde hoy este lugar lo frecuentare, me transmite toda la tranquilidad que mis pensamientos requieren.

Sonó la canción "hit the road jack" , emocionada le comento que esa era una canción que le encantaba, así que se puso de pie, se dirigió hacia la pista, empezó a mover sus caderas y tomar su cabello disfrutando la melodía con los ojos cerrados, mientras en la mesa Jorge pedía un trago y pensaba que era hermosa, le encantaba tal y como era, una chica que jamás imagino, pero siempre quiso, perfecta en su imperfección; Estrella termino su baile y tomo asiento, le dijo a Jorge que debía irse, de inmediato se solicitó la cuenta, él saco su billetera para cancelar, pero de repente un billete estaba en la mesa;
-si vas a juntarte conmigo debes saber que soy una chica muy distinta, yo pago mis cosas siempre, tú paga las tuyas.
Encantado sonrió y solo le dijo -Ok.

Esa noche se despidieron afuera de la gran poesía, antes de la partida dedico a esa preciosa y rebelde luz el escrito que estaba justo en el lado izquierdo de la entrada "eres tan hermosa como aquellas rosas que en la primavera reposan, pero admiro tu fortaleza, pues aún tan rota, tus grietas brillan tan fuerte como las estrellas desatando un gran dilema en todo aquél que te observa. -lunarojiazul"; fascinada sonrió, lanzo un beso sobre la mejilla de aquel sujeto encantador y le susurró al oído

-Gracias, esta ha sido mi mejor noche, mi mejor momento, hoy me sentí por unos minutos aquella flor que no muere dentro de tanto invierno.

Jorge detuvo un taxi, abrió la puerta y estrella subió diciéndole; -recuerda que no soy una damita, soy como una oruga atrapada en el caparazón, gracias por hacerme sentir que puedo ser una mariposa y que puedo volar tan alto sobre hermosas melodías, en verdad gracias.

El taxi se marchó y Jorge camino hasta su casa, eran más o menos las nueve de la noche y se le hacía increíble todo lo sucedido, falto a la universidad y se tomó todo el día junto a estrella en su lugar favorito, era increíble descubrir esas nuevas y extrañas sensaciones, ella era tan diferente a las chicas que conoció hasta entonces y eso le encantaba, ella tenía tanto dolor dentro, pero aun así sonreía y brillaba, brillaba tan fuerte como su nombre.

Melancólica calle.Where stories live. Discover now