Capítulo único

158K 12.8K 30.6K
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Tú vas a odiarme.

A medida que vaya contándote lo que sucedió, es posible que llegues a pensar lo peor de mí.

De seguro creerás que hice algo muy malo, algo sucio, algo imperdonable.

Y estarás en todo el derecho de creerlo.

Podrás incluso juzgarme.

Lo único que no te permitiré es que pienses que no amé o que no sentí.

Porque amé demasiado.

Dudé.

Me culpé.

Y sobre todo lo amé a él.

Incluso hasta aquella tarde...

***

Antes que nada, necesito regresar cinco meses atrás, cuando volví de Francia porque el Grand Prix de Patinaje Artístico sobre Hielo recién había terminado. Yo estaba devastado en esos momentos porque había practicado mucho para poder ganar, pero solo había logrado llevarme el tercer lugar.

Debido a eso me sentía como un gran perdedor, como un fracasado, así que mis preocupaciones no estuvieron más allá de una medalla de bronce cuando mis padres, mi hermana y su nuevo novio me recibieron.

Haré un paréntesis aquí para aclarar que ella es mayor que yo por dos años. Y yo tengo veintidós para ser exacto. Nuestros padres siguen casados y muy a gusto con tener un hijo deportista —aunque sea en algo que papá ni siquiera considera deporte— y una hija a punto de terminar su larga carrera de abogacía.

Entonces, recuerdo haber pisado el aeropuerto y verlos a todos allí. Y también recuerdo haber pensado que esa era la primera vez que lo conocía.

—¡Felicidades, Milo! Estamos muy orgullosos de ti —dijo mi madre, apretujándome entre sus brazos apenas me acerqué.

—Ah, mamá, creo que no hay nada que felicitar...

—¡Tonterías! —interrumpió mi padre con esa manera de cortar las palabras de la gente que tanto le gustaba—. Igual colgaremos esa medalla. No te fuiste tres años a Francia para nada, ¿cierto?

—¡Milo! —exclamó mi hermana, dándome un abrazo tan fuerte que casi me hizo caer las gafas.

Ella solía pronunciar mi nombre de la forma en que se escribía y no como se pronunciaba que era «Mailo». Y aquello siempre me había parecido algo muy gracioso y muy cariñoso.

—¡Oh, te extrañé muchísimo! —continuó ella—. ¡Pensé que no estarías para mi graduación! ¡Pensé que tendríamos que transmitirla en vivo por Instagram para ti! —agregó, y luego se volvió bruscamente hacia la persona que tenía detrás—. Mira, mira, él es Ezra, mi novio.

No puedo evitar enamorarme de tiWhere stories live. Discover now