5. Dos bandos

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Justamente después de que el chico me dijera eso nos dispusimos a buscar  el aula número 115. Volvimos a bajar al primer piso y de un momento para otro, el pasillo se había llenado de chicos y chicas que rondarían mi edad incluso alguno había que tendría fácilmente los 30 años.

No escribiré el nombre del chaval (el del bus) porque si lo desvelara creo que me llamaría para pedir explicaciones asique lo llamaré sujeto A. (Aunque ahora que lo pienso si continuese leyendo futuros capítulos creo que se daría por enterado...pero bueno pasito a pasito).
Sujeto A ya había entablado conversación con otras personas, (he de decir que es una de las personas más sociales y anigables que he conocido en mi vida). Yo, mientras tanto estaba a la espera de que abrieran la puerta de la clase. He de decir que ese tipo de situaciones me incomodan mucho, el verse obligado a hablar con alguien que no conoces me pone de los nervios.
Mientras esperaba, vi a una chica con la que un mes antes había tenido que contactar por su anuncio de "busco compañera de piso"; no le tuve que agradar mucho cuando no me " selecciono". Si chic@s, a la hora de buscar piso estáis expuestos a un casting en el que tienes que dar tu mejor "yo" para agradar en una sola entrevista y que te cojan. (Aunque he de decir también, que eso no es muy difícil de conseguir. Sé el reflejo perfecto del anuncio, sé el mejor conpañero de piso del mundo y que no encomtrarán a nadie más como tú en ningún otro lado; di que eres responsable, poco fiestero y ordenado, porque luego en realidad eso much@s no lo cumplen).
Bueno volvamos al tema:
La chica, sujeto E, se acercó y tuve que poner mi mejor sonrisa, aunque en realidad ya la había encasillado (craso error).
¿Por qué siempre tendemos a encasillar a la gente por algo que no nos haya agradado antes de conocerlos?
Últimamente estoy intentando cambiar ese aspecto en mi vida, y la verdad es que me estoy llevando gratas sorpresas.

Tras un par de minutos, abrieron la puerta y todos los que nos encontrábamos en el pasillo entramos a un aula que se encontraba dividida en dos filas, aunque mis amigos y yo las denominábamos "bandos", pero eso es otra parte de la historia.
Las sillas eran las típicas de escritorio; acolchadas y blanditas (jamás había visto ese tipo de sillas en una clase), resumiendo, cómodas. Las clases empezaban a las 3 del medio día, asique tener esas sillas no ayudaba mucho a mantener la concentración y atención.

Creo que desde el primer momento, cuando entras de nuevas a una clase y observas como interactúa la gente captas las interrelaciones, quienes van a formar parte de un grupo y quienes no, porque el primer contacto es la clave para integrarte. Me acuerdo de mi primer día. Sentada al lado de sujeto A, a mi derecha nadie, y de repente entra la última y se sienta en mi misma fila dejando entre medias de mi (está a medias, cuando tenga un hueco libre lo acabo ;))

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⏰ Last updated: Apr 02, 2017 ⏰

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