⚘No más que yo⚘║ JungKook, tú y Jimin ║ [Editando y resubiendo]

Ep. [9]

....

—¡¡Eres un bastardo!! ¿Qué crees que estás haciendo? ¡¿Siquiera sabes lo que acabas de hacer?! —comienzo a gritarle al instante en que cierro detrás de mi la puerta del camerino. Mis ojos se han inyectado en sangre y siento los músculos tensos de pura rabia.

Suga intervine entre los dos:—Cálmate, Jimin.

—¡¡No voy a calmarme!! —sigo mirando fijamente a Jung Kook, esperando que diga algo, que se justifique o se disculpe al menos, pero lo único que hizo es agachar la cabeza como un perro apaleado—. Pudiste haberte negado a responder. Pero claramente fuiste tú el que lo comenzó. ¡Frente a todos los espectadores! ¿Pensaste en lo que sentirá Rose si lo ve? —Jung Kook parece reacio a dar explicaciones y eso me enoja aún más.

   Lo veo cambiar de actitud en cuestión de segundos, guardando sus manos en los bolsillos del pantalón de manera relajada.

—No lo hará. Ella no ve estos programas. 

—Asegúrate que no lo haga. Porque si la haces sufrir, Jung Kook... —me acerco hasta casi pegar mi nariz a la suya—, no respondo de mi.

....

(...)

   En una semana Jung Kook renovaría su contrato con BigHit. Lo que significaba que ya no tendríamos que preocuparnos por las cláusulas vigentes. Y a su vez, mi ansiedad crecía sin reparo.

   Me dirigo a clase de piano cargando una especial y distintiva sonrisa en el rostro. Cualquiera podría pensar que esa emoción era a causa de Jang Jae-Woo. Pero esa deducción estaba lejos de ser cierta. Por supuesto, no negaré que el seonsaengnim es un hombre atractivo y de encantadora personalidad. Pero mis ojos solo se iluminan por el instrumento inmóvil que aguarda paciente el tacto de mis manos: el piano. Y por Jung Kook, obviamente.

—¡Annyeong, chicos! —saludo al cruzarlos en mitad del pasillo camino a mi clase.

—¿Dónde vas, noona? —curioseó Hope.

—Seonsaengnim Jang está esperándome, tengo clase de piano. No quiero llegar tarde, será mejor que me apure. Mianhae.

—Ok, noona. No llegues tarde —apremió Nam Joon.

—Nos vemos luego.

   Sonrío cuando Jung Kook lo hace. Era una especie de interruptor automático.

   Miro a cada uno de ellos antes de seguir mi camino y noto a Jimin distraído. No ha levantado la mirada, ni saludado tampoco. Lo que me hace pensar que algo lo tiene preocupado. Me recuerdo escribirle más tarde para animarlo un poco. Podría estar necesitando desahogarse.

   Acelero el paso hasta llegar a la puerta y me detengo un instante a pispear a través de la pequeña ventanita. Al instante sonrío. Era inaudito lo que me hacía sentir ese imponente objeto inanimado, como si fuese un suplemento para reforzar mis energías.

   Ingreso sin vacilar. Luego de saludar con respeto a mi seonsaengnim, me siento a su lado, frente al piano. Y suspiro feliz.

—Comencemos desde la última estrofa —obedezco con evidente entusiasmo. Y enseguida me envuelvo en el sonido que se escurre por entre mis dedos.

(...)

   Deseaba en silencio recordarle qué día era hoy. ¿Lo recordaba él tal vez?