Adiós III...

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Por otro lado muy cerca de ahí cierto pelirrojo que había visto toda aquella escena resistía las ganas de correr a donde aquellos dos estaban.

Unas horas antes...

El tigre ya había terminado todos los asuntos que debía atender en Alemania con éxito rotundo, había tomado el primer vuelo de regreso a casa para llegar a Japón la tarde del jueves, unos días antes de lo esperado, fue entonces que su asistente le comento.

-Kagami-sama lo veo muy feliz de regresar. *anotando algunas cosas en su agenda*

-Por supuesto, hay alguien a quien quiero ver en cuanto aterricemos.
*viéndolo extrañada* -No será a mejor que descansé, no tuvo mucho tiempo para eso debido a su trabajo.

-Descansare una vez que lo pueda ver.

Así se dio por terminada la plática y Kagami tenía una sonrisa plasmada en su rostro añorando poder ver al celeste, en cuanto toco tierra pidió que le dejarán el coche. Iba conduciendo a la casa de Kuroko cuando lo vio caminar en dirección contraria a la de él, estaciono su auto y al bajar del vehículo se dio cuenta que ya había perdido de vista al celeste, camino apresuradamente buscándolo a los alrededores, y lo vio, lo vio jugando basket con Ogiwara, a sus ojos Kuroko estaba disfrutaba mucho ese partido, sonreía como lo solía hacer cuando estaba junto a él cuando jugaban juntos, esta escena le hizo cuestionar si en verdad había avanzado con el celeste, si en verdad tenía una oportunidad o si solo se imaginaba todo, ¿y si Kuroko solo lo veía como amigo y no como algo más? Eso rondo por su cabeza algunos minutos, cuando alzó la vista decidido a interrumpir ese partido vio algo que sus ojos no debían ver, Ogiwara estaba besando a SU Kuroko, a SU sombra, en su pecho un remolino de ira, celos y tristeza se posaba no queriendo desistir, bajo la mirada por un instante, no quería y no podía ver una escena amorosa entre aquellos dos, no era lo suficientemente fuerte para eso, ahora podía entender como se sintió el celeste cuando lo vio en la situación que desato todos sus problemas, suspiro, apretó sus puños y dirigió su vista hacia otro lado. Cuando volteo de nuevo vio al celeste derramar algunas lágrimas, fue entonces que no lo soporto y camino con dirección a él.

Kuroko por su parte al sentir todos aquellos sentimientos que Ogiwara le transmitió en aquel beso sintió como lágrimas escapaban de sus ojos ya cristalinos, era doloroso tanto para él como para el castaño pero era algo necesario para avanzar y seguir adelante, lo sabía pero no por eso dejaba de doler, fue entonces cuando sintió un fuerte agarre sobre sus hombros, cuando alzó la vista vio un par de ojos enfurecidos.

-¿Kaga... Kagami-kun qué haces aquí? *sorprendido*

-Dime Kuroko ¿ese bastardo te hizo algo? *intensificando el agarre*

-¿¡Qué?! No, Shige-kun no hizo nada, es solo que... *evitando la mirada del tigre*

-¿Es solo qué? Habla Kuroko, ¿tienen una relación? *voz apagada*

*sorprendido* -¡No! ¿¡De qué hablas Kagami-kun!? *molesto*

*enojado* -¿Entonces... entonces por qué se besaron? *mirándolo fijamente y tono desesperado*

*sintiendo la mirada de Kagami*-Eso fue... *soltando se del agarre y un poco molesto* !Eso fue un beso de despedida! ¿¡Sí!? Lo rechace, el se va a ir... *llorando*

Al ver las lágrimas de Kuroko, Kagami se sintió culpable y celoso pues sabía que aquellas lágrimas no eran para él. Por un momento y como queriendo protegerlo de las adversidades y dolor del mundo lo abrazo de manera tan dulce y protectora.
Kuroko al sentir aquella calidez que transmitía Kagami se aferró a aquel abrazo y escondió su cara en el pecho del tigre, aquella era una de las cosas que amaba de aquel pelirrojo, sin importar que siempre lo protegería o por lo menos lo intentaría, aquel mágico momento duro varios minutos, ninguno quería romper la burbuja en la que se encontraban, aquel tiempo y momento que solo les pertenecía a ellos, pero tampoco podían quedarse así para siempre por más que quisieran...

Tarde...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora