CAPITULO 6

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Un niño de unos 11 años entro apresurado a una enorme habitación de colores verdes y plateados, con detalles en gris y negro. Se dirigió a la cama, en donde se podía apreciar un bulto, de donde sobresalían unos hermosos cabellos lacios de color negro.

El niño no lo pensó dos veces, a pesar de saber que era una mala idea, y saltó sobre el bulto gritando:

- ¡Feliz cumpleaños Harry!

Un gruñido salió de entre las mantas, un hermoso joven de la misma edad que el rubio y con unos hermosos ojos verdes del color de la maldición asesina, asomo su rostro. Fulminado con la mirada al que oso despertarlo, mientras se estiraba y sentaba en la cama.

- Draco Lucius Malfoy Black- mi voz sonaba suave, pero por dentro estaba pensado en maldecirlo, por muy amigo mío que fuera.- te dije... ¡que no me despertaras de esa forma! ¿Tantas ganas tienes de morir? - gruñí, no lo mataría obviamente, me era muy útil además le había llegado a coger aprecio, pero eso no quitaba mi mal humor. Mire a la ventana ¡recién amanecía! Le lancé una mirada asesina.

Draco tembló, sabía que era una mala idea despertarlo a esa hora, sobre todo sabiendo cuanto Harry amaba dormir. Agachó la cabeza y susurró:

- Lo siento Harry, me emocioné demasiado porque quería darte mi regalo antes que todos.- se veía hermosamente sumiso, hacía tiempo que quería probar algo, y el sería perfecto.

Sólo tenía que decirle lo que quería de forma que no pudiesa negarse.

- Bueno, ya me despertaste así que dame mi regalo- se sonrojo. Tenía una leve idea de cuál sería su regalo.

¿Eh? ¡Ah! Si, tu regalo- mordió su labio con nerviosismo y su rubor se acentuó.- Cierra los ojos- murmuro.

Sonreí divertido e hice lo que me pidió. Sentí como la cama se hundía a mi costado y unos suaves labios se presionaban con los míos, el contacto duro solo un segundo, y se retiró rápidamente quedando sentado frente a mí. Tenía todo el rostro sonrojado, abrí los ojos y lo mire con burla.

- ¿Te parece que eso es un beso? - su reacción fue la esperada, frunció el ceño y su cara se puso roja por la vergüenza y furia.

-Fue mi primer beso, ¿qué más querías? Además también fue el tuyo y no vi que tú lo hicieras mejor.- replicó, con los puños apretados.

Fruncí el ceño, me deshice de las mantas y lo mire fijamente.

-Tienes razón fue mi primer beso, pero yo lo hubiera hecho mejor.

Abrió la boca para refutar pero no le di tiempo, me acerque a su rostro y me detuve a escasos centímetros de sus labios. Me miraba sorprendido, acorte la distancia y roce sus belfos, solo un roce mientras nos mirábamos fijamente. Como hipnotizados.

Con la punta de mi lengua repase sus labios, dejo escapar un suave suspiro y cerró los ojos, atrape sus labios con los míos, al principio el movimiento era algo torpe, lento y suave, poco a poco se fue tornando más apasionado.
Mordí su labio inferior y gimió, aproveché para introducir mi lengua en esa deliciosa y húmeda cavidad, jugaba con su lengua y el intentaba seguir mi ritmo.

Poco a poco fui empujándolo hacia atrás, me coloque sobre el sin romper el beso, solo cuando el aire fue necesario nos separamos con la respiración agitada. Hice un recorrido de besos desde su barbilla a su cuello, dónde succione sacándole más gemidos.
Quise probar más de esa dulce piel, fui dejando un camino de mordidas y chupones por todo su cuello hasta la clavícula donde mordí un poco más fuerte, y luego lamí de vuelta como queriendo aliviar el dolor. 

Subi hasta sus labios y deje un beso un poco mas suave, para despues separarme.

- Que buen regalo de cumpleaños- me miro ruborizado y se echó a reír.

Magia PuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora