3. Unión

7.9K 413 198
                                    

Abrí los ojos sobresaltada cuando escuché un grito en la parte superior de la nave. La gente se removió incómoda en sus mantas y algunos comenzaron a pedir silencio, irritados ante la falta de sueño. Me levanté y me froté los ojos, bostezando a la vez. Otro grito desgarrador opacó el silencio de la noche y me levanté de golpe para subir al segundo nivel, donde habíamos dejado durmiendo a Jasper. Clarke estaba ahí cuidando de él.

—¿Todo bien? —pregunté, bostezando de nuevo.

—Su pulso es bastante alto —comentó con la voz temblorosa, mirando el reloj de su padre con nerviosismo.

Preocupada, me agaché a su lado y miré como Jasper se retorcía de dolor entre su ropa sudada. Su aspecto no era el mejor y, lejos de recuperarse, cada vez aparentaba sufrir más.

—Traeré más agua.

Clarke asintió y se sentó al lado de Jasper, pasando otro trapo húmedo por su frente brillante, cubierta de sudor frío. Fuera, habían aparecido algunas tiendas de campaña para que descansaran los más afortunados; otra gente dormía en el suelo, al lado de las hogueras, en busca de un poco de calor reconfortante con el que poder dormir tranquilamente.

Me remangué las mangas de la chaqueta, para evitar mojarme, antes de meter la mano en el bidón de agua potable que teníamos y me sobresalté cuando escuché otro grito que me hizo mirar hacia la nave con preocupación. Fruncí el ceño al reconocer una voz femenina y dejé el vaso de metal sobre un tablón de madera antes de buscar a la persona que chillaba desgarradoramente.

Cuando la encontré, me sorprendí al ver que se trataba de una niña pequeña, de no más de trece años, que temblaba en el suelo bajo el tronco de un árbol. Tenía los ojos cerrados y se sacudía en el sitio, aparentemente asustada de cualquier cosa sobre la que estuviera soñando. Me acerqué hasta ella y le toqué el brazo suavemente para llamar su atención, observando como la manta con la que se cubría estaba hecha un lío a sus pies.

—¿Estás bien? —pregunté, sobresaltándose al verme cuando abrió los ojos. Asustada, retrocedió y se acurrucó entre las raíces del árbol— No tengas miedo, no voy a hacerte nada. Me llamo Davina.

Sonreí levemente y hablé con suavidad, intentando conseguir que se calmara y no me temiera. La observé rápidamente, intentando recordar si la había visto antes, y me sorprendió que una persona tan joven hubiera sido mandada junto con nosotros a un planeta en el que el riesgo era máximo en todos los aspectos. Hasta ahora no me había dado cuenta de su presencia, y no podía imaginar qué habría estado haciendo —o dónde— para sobrevivir.

—Charlotte —contestó con timidez, dándome rápidas miradas para no cruzarse con mis ojos por más de tres segundos.

—¿Quieres contarme qué ha pasado?

Al principio me miró con recelo, no confiando del todo en mí, pero después se dejó llevar por la tristeza y se reincorporó en el sitio, acercándose un poco más a mí.

—Mataron a mis padres en el Arca y ahora los veo constantemente en mis sueños... —comenzó, con bastante firmeza para ser un tema tan delicado. Paró un segundo para lloriquear y se frotó la nariz con la chaqueta, causándome ternura— Tengo miedo.

—No estés asustada, todo saldrá bien. Nos cuidaremos mutuamente —aseguré, intentando inspirarle confianza. Si la Tierra estaba suponiendo una dificultad para todos, no me imaginaba cómo estaría siendo para ella— Yo también tengo pesadillas a veces, y me asusto tanto que me despierto llorando, pero tienes que saber que no es real y no te pasará nada.

Sonreí en un intento de animarla y ella asintió, sonriendo por primera vez. Aliviada de haber conseguido, al menos esta vez, calmar su nerviosismo, me acerqué un poco más y extendí mi brazo, rodeando hombro al ver que no se oponía a mi cercanía.

Run » Bellamy Blake (the100)Where stories live. Discover now