EPÍLOGO: Besitos y tortacitos

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-HABITACIÓN DE LINCOLN, ANOCHE:

Lincoln permanecía con los ojos abiertos y una gran sonrisa.

"Seré héroe", pensaba.


-GARAGE DE LA CASA LOUD, DÍA DE LOS INOCENTES POR LA MAÑANA:

Un pequeño ratón paseaba sobre las cajas de herramientas. Se paró sobre un bulto cubierto con un toldo. Unos gritos de Lincoln, aparentemente de dolor causado por una broma, asustaron al ratoncito. Resbaló y se aferró del toldo para no caer. Por desgracia, esa cobertura fue deslizándose y cayó al suelo con todo y roedor, revelando lo que ocultaba: un bajorrelieve en madera, que mostraba a Lincoln con disfraz de Ace Savvy, y al fondo, Clyde con traje de Jack Un Ojo.


-HABITACIÓN DE LUCY, ANOCHE:

Lucy revisaba su tarot, sentada en el escritorio.

—Las cartas no mintieron. Lincoln enfrentó el miedo esta tarde, y Clyde encontró el final de su tortuoso viaje cuando tomó sus propias decisiones. Fue en vano, pero era lo que le daría la paz que necesitaba. Por cierto, él no anda con mi hermana.

Lucy tomó la carta de "Los Enamorados" que estaba a un lado y la lanzó hacia atrás. Haiku, quien estaba sentada en la cama de la pequeña gótica, la atrapó en el aire.

—Oír eso trae un rayo de luz a la oscuridad de mi alma —comentó, cruzando una pierna.


-GELATERIA ROMANA, DOS SEMANAS DESPUÉS:

Hoy era su primer día de trabajo. Habían pasado ya dos semanas desde que Ronnie Anne y, en especial, esa chica fea parlanchina de dientes saltones habían logrado que la despidieran del cine. Ahora, Trish Ledditon iniciaba una nueva etapa, en la que había decidido estar lejos de los problemas. Se puso tras el mostrador, y observó todo ese rico gelato.

Risas apareció a su lado, dándole un codazo.

—Recuerda que estás en mes de prueba —le dijo alegremente, —así que no pruebes el producto. Mucho menos ése, que unos amigos vendrán hoy a comprarlo.

Y se alejó.

Trish odiaba a esa payasa. Le recordaba a la parlanchina. Así que como un reto, pasó el dedo en el gelato prohibido, y se lo llevó a la boca... Sintió deseos de abrazar a Risas.


-HABITACIÓN DE LORI, DÍA DE LOS INOCENTES POR LA MAÑANA:

—¿Oíste esos gritos, Lori? Se parece a la voz de Lincoln —comentó Leni desde su cama. Su hermana mayor estaba demasiado concentrada frente al espejo, tratando de alisar su enorme afro. Se veía literalmente mal.


-CINEMA DE ROYAL WOODS, DÍAS ATRÁS:

Ronnie Anne se desternillaba de risa con cada escena de zombies, mientras Luan y Clyde aprovechaban la distracción para soltarse las manos.

—Odio esta película. Tiene un guión horroroso —confesó ella.

—Eso me empieza a dar asco —respondió el chico. Y tras una pausa, preguntó: —¿Estás segura de que hacemos lo correcto?

—Por supuesto. Eso está fuera de discusión.

—Dime otra cosa... ¿Ya has estado enamorada de verdad?

—Así es. El chico no lo sabe aún.

—¿Y se lo confesarás algún día? Deberías hacerlo.

—Lo haré. Justo cuando esta broma termine.


-CASA McBRIDE, ANOCHE:

Clyde hizo su rutina habitual de sacudir el polvo del altar dedicado a Lori en su habitación. Estaba lleno de fotos tomadas a escondidas. Algunas desenfocadas, otras lejanas. Cuando terminó, aprovechó para agregar una foto que desentonaba mucho con las otras.

Una foto de Luan posando alegremente, jugueteando con unos lentes de Groucho Marx en una mano y guiñando un ojo. Una graciosa letra de carta rezaba:

"Para: Gotita de Chocolate. De: Luan"

Clyde se dirige al lector y dice:

—¿Saben qué amerita esto? ¡Una de Chris Botti!

Beso o tortazoWhere stories live. Discover now