|Futuro|

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18/10/2021 San Francisco.

—Voy a comer, en media hora vuelvo. —informa Lydia a sus compañeros de trabajo, quitándose sus guantes y tirándolos a la basura. 

Ellos asienten, y Lydia sale por la puerta, con su bolso en mano, hacia el baño. Adora sentirse respetada, y en su trabajo esa sensación aumenta; todos la miran con respeto y admiración mientras camina o trabaja.

Entra al baño, y deja el bolso en el mueble del lavabo. Se mira en el espejo: su moño esta perfecto, al igual que su maquillaje y su ropa. Abre el grifo y empieza a lavarse las manos con jabón. Mientras lo hace, su móvil empieza sonar, con la canción Wainting for Superman. Se seca las manos con papel lo mas rápido posible y abre el bolso, buscando su móvil. Lo mira extrañada; es un número desconocido. 

Lo coge, frunciendo el ceño.

—¿Si?

—¿Lydia?—pregunta por la otra línea, una voz femenina y familiar para la banshee.

—Si, soy yo. Lydia Martin. ¿Con quien hablo?

—¿No me reconoces?—pregunta, con un tono de incredibilidad.—¿Ni si quiera me tienes agregada?

—Perdona, es que hace poco mis contactos se borraron...—se excusa, apoyándose de espaldas en el lavabo.

—Lydia, soy Malia. Malia Hale.—informa la coyote, haciendo que Lydia entreabra ligeramente su boca, por la sorpresa. 

—Malia...—musita, sin saber bien que decir. Llevaba sin hablar con ella años, cuatro para ser exactos.

—¿Que tal todo? Si molesto puedo llamar en otro momento, si quieres.

—No, no, dime.—Se aclara la garganta—Estoy bien, si. ¿Y tu?—responde nerviosa. ¿Que le puede decir? ¿Que la voz de Stiles no para de molestarla durante todo el día? ¿Que se ha casado? ¿Que esta trabajando en un laboratorio? ¿Que Steven y ella están pensando en tener un hijo? ¿Que la hecha de menos, a ella y a toda la manada? ¿Que es incapaz de pensar en Beacon Hills sin que sus palmas suden y su estomago le duela?

—Genial, como siempre.—Suelta una pequeña risa—Estoy en Beacon Hills, con Scott, y me he acordado de ti.—dice tímidamente Malia.

—Oh.—vuelve a musitar. Es increíble lo incómodo que es toda la conversación, cuando antes se contaban todo y eran tan buenas amigas. Un nudo se forma en el pecho de Lydia al recordar los buenos momentos vividos con Malia.

Se forma un pequeño silencio, hasta que Malia habla:

—No quiero molestarte, ya que se que estarás ocupada. Solo quería preguntarte si... bueno, ¿vendrás al funeral de Stiles? Supongo que sabrás que dentro de dos días será su aniversario y...—comienza explicándole, pero Lydia la interrumpe.

—Si, si que lo sé.

—Y bueno, ¿vendrás?—insiste Malia.

Lydia se mira sus zapatos y luego mira al techo. No puedo volver a ese pueblo, no puede volver a ver a la manada, a Scott en especial. No es capaz de hacerlo.

—Tengo mucho trabajo, no se si podré.—se excusa, con una voz falsa, incluso chillona. Se puede imaginar a Malia rodar los ojos.

—¿No te puedes coger libre un fin de semana?

—Este, en especial, no.

—Que causalidad.—comenta con ironía.

Lydia se muerde el labio. Aquí no se va acabar la conversación.

—Siento no poder ir.—se disculpa la pelirroja, aunque sabe que debería disculparse por otras cosas.

—¿Me estas diciendo que no puedes perder un fin de semana en venir al funeral de uno de tus mejores amigos, porque tienes mucho trabajo?—pregunta, molesta, Malia. Esta está empezando a pensar que Scott tenía razón: Lydia no vendrá.

—Simplemente no puedo.

—¿Puedes o no quieres?

—No puedo.—contesta rápido.

—¿Por el trabajo o por ti misma?—contraataca Malia, y Lydia se calla. ¿Que le contesta? ¿Se sincera con ella? Demasiado orgullo de por medio.—Lo que pensaba.—concluye Malia.

Lydia, por favor, cállate y déjame salvarte la vida.

Las palabras de Stiles ahora no, por favor; suplica Lydia para si misma. Cierra los ojos con fuerza y empieza a titubear.

—Malia, tengo trabajo, tengo que colgar.

—Ni se te ocurra colgar, Martin.—ordena Malia, con un tono tan firme que Lydia obedece sin pensárselo. Llevaba mucho tiempo sin escuchar a Malia hablar así, aunque, técnicamente, llevaba mucho tiempo sin escuchar a Malia en sí.—Me estoy jugando mi increíble relación con Scott llamándote y pidiéndote que vengas a Beacon Hills, así que escúchame.—Lydia agarra el mueble del lavabo fuertemente, haciendo que sus nudillos se vuelvan blancos.—Hace años que no vienes a Beacon Hills, y todo por una estúpida pelea con la manada y por tu novio Steven, eso es lo que todo el mundo pensaba, pero hay mas, mucho mas. Y ahora lo sé. Se que besaste a Stiles, se que estabas enamorada de el, y sabré muchas cosas más, Lydia. 

—¿Como...?—empieza preguntando Lydia, confundida y con una sensación de agobio recorriendola de arriba abajo. Sus ojos se han llenado de lágrimas, y las palabras de Stiles siguen en su cabeza, camuflándose con la voz de Malia:

Bueno, creo que te ves preciosa.

—¿Que como lo sé? Ven a Beacon Hills, y compruebalo. Ven al pueblo donde te criaste y viviste los mejores momentos de tu vida para descubrirlo y saber todo lo que yo se ahora de Stiles, ven para hacer las paces con tu mejor amigo, ven para reunirte con la manada, ven para despedirte de Stiles, ven por ti Lydia. Y tráete a tu novio, o a tu marido, o incluso a tus hijos si los tienes,—Lydia ríe por las palabras de su antigua amiga, sorbiendo la nariz y mirando al suelo—pero ven. Por favor, ven. Hazlo por mi. Por favor.—suplica Malia, desesperada. Stiles se lo merece, y Lydia lo sabe, pero, ¿ella es capaz de ir?

Un silencio se forma entre las dos líneas. Malia puede oír la respiración agitada de Lydia, y si presta mucha atención el latido de su corazón.

—Malia... yo...—empieza diciendo, pero la vuelve a interrumpir:

—¿Que hace una coyote sin su banshee?

Lydia sonríe y niega con la cabeza.

—Yo... te llamaré. Esta tarde lo haré, ¿vale?—decide decir Lydia, porque necesita pensarlo.

—Esta bien.—hace una pausa, en la cual Lydia piensa que va a colgar—Aunque, no creo que hay mucho que pensar.

Y dicho esto, Malia cuelga. 

Lydia mira su móvil, esperando algún mensaje de ella, o que la vuelva a llamar, o incluso que haya sido una alucinación, pero lo único que se encuentra es "Llamada finalizada" y el número de Malia.

Si tu mueres, perderé literalmente la razón.

Creo que los papeles han cambiado, Stiles.


La miro y me recuerda aquel momento que sé,

Que ella abrió la puerta y yo pregunté por él,

Me dice que se ha ido, que no va a volver

Vuela mi fantasía, vuela alto, y la ves tumbada en

El sofá y yo dentro del chalet

Revivo aquel momento que me hizo perder

Esos pocos papeles que yo puedo tener

Y ahora estoy quedándome muy loco

Qué va, qué va

Lo que yo estoy es un poquito nervioso

TODA PERSONA ESPAÑOLA DEBE SABER ESTA CANCIÓN.

MrsJace.

El Diario de Stiles. {Teen Wolf}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora