Capitulo 11

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Me rio con ellos, se me está pasando el nerviosismo que tenía, giramos a la derecha hasta que por fin vemos un puesto libre para la camioneta, marcos aparco junto a una de esas casas rodantes grande algo lujosa.

-bien chicos bajen despacio sin apuros, tenemos 4 horas para estar aquí ok

-solo cuatros horas

Dice Rachel

-así es solo cuatro horas porque después se hace muy noche ok.

-está bien.

Todos estábamos fuera de la camioneta y comenzamos a caminar, hasta que llegamos a una parte que habían unas mesas hechas de madera y unos banquitos alrededor. El lago se veía brillante con la luz del sol el verde y el azul juntos, las montañas alrededor del lago y el azul del cielo es como un paraíso al verlo, los niños me sacan de mis pensamientos me indican que valla con ellos al agua.

-ven Lorena vamos el agua ha de estar deliciosa con el sol que hace a de estar calientita.

Nos acercamos a la orilla habían muchas piedritas chiquitas pero como teníamos unas súper zapatillas no había problema en hincarse, metimos un pie y gritamos los 3 al sentir el agua súper helada que frio por dios...

Marcos nos miraba desde las sillas con una sonrisa que era igual que el sol resplandeciente, corrimos hasta él y comenzamos a jalarlo para que también se uniera con nosotros en el lago pero que fuerte que es nos jaloneo a los tres y terminamos en el césped todos cuatro riéndonos como locos.

-marcos si ves terminaste en el suelo por malo

-jajajajaja tranquilos que es tan divertido ...

-si como no claro pobre mi columna

Se queja Rachel.

-bueno vamos o no al lago?

Marcos me quedo mirando y agarro mi mano y me levanto como si fuera un saco de papas grite y él ni se inmuto en mirar si quiera y camino tan rápido que parecía flash.

-Fabio por favor en mi bolsillo están las llaves y mi billetera sácala por favor

-marcos bájame por favor, bájameeee...

-tu querías ir al lago pues vamos al lago

Por dios me va a dar algo no me siento cómodo con esta situación, oh no se va acercando tan lento al lago que tengo que chillar i patalear de la desesperación.

Cerca de la orilla vuelve a mirarme y mira el agua y yo le suplico que no peor no me hace caso y corre hasta hundirnos a los dos, siento que mis huesos se congelan, que helada que esta el agua con todas mis fuerzas Salí a la superficie no veía a marcos por ningún lado, los niños en la orilla me saludaban y comenzaron a decir algo pero no les entendía, cuando de pronto siento que me aferran de la cintura y grite tan fuerte que me soltaron, y marcos aparece al frente mío riéndose, tiene una sonrisa muy bonita, contagiosa sus ojos con el color del agua parecían uno solo que hermosos ojos verdes como las montañas que se ven a sus espaldas, siento que no toco fondo y el se da cuenta y me atrapa entre sus fuertes brazos y me pierdo en ese bosque de árboles verdes que son sus ojos.

-te tengo pequeña

No sé qué decirle, me siento bien entre sus brazos me siento segura.

-los niños vienen hacia nosotros mira.

Él se gira y siento que me resbalo me aferro a sus hombros anchos y musculosos.

-no dejaría que nada te pasara, aférrate a mí siempre.

Oh por dios que fue eso, ese hombre no puede decir esas frases tan clichés.

Los niños nos alcanzas y se lanzan encima de marcos y el los agarra y yo parezco mono aferrando su cuello.

-esta heladísima el agua prrr...- dice Fabio

-siii pero con el sol esta riquísima- Afirma marcos.

-es verdad- Inquiero yo porque es la verdad el agua esta riquísima con el sol quemando la piel.

Te Quiero a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora